La cuarentena por coronavirus provocó que muchas industrias cerraran por un tiempo. Sin embargo, una de las que más incrementó sus números financieros fue la de los videojuegos. El gaming aumentó considerablemente sus ventas durante la pandemia y los jóvenes pasaron muchas horas frente a las pantallas.
Según el estudio de Telecom y Flow llamado “La revolución del gaming 2020” el consumo de videojuegos no paró de crecer. La primera semana de cuarentena, el consumo de Internet para gaming en la Argentina creció más del 100% respecto de un día normal, y más del 69% en todo el período de aislamiento. Hay un 20% más de jugadores y más del 40% de los gamers profundizaron su juego. En promedio, el tiempo de juego es de entre tres y cinco horas por día de acuerdo al estudio.
Por otro lado, Verbatim, empresa tecnológica de almacenamiento de datos, publicó un estudio el cual indica que varios argentinos adelantaron sus compras de regalos para Navidad y año nuevo, y ya aumentaron un 40% las ventas en productos vinculados al gaming, respecto a noviembre del año pasado.
Germán Beneditto, psicólogo especialista en uso saludable de la tecnología, videojuegos y tecnología educativa, explica a qué se debe este aumento en el consumo de juegos electrónicos: “Años atrás existían los cybers, donde había jóvenes que jugaban partidas online. Pero con el avance y el aumento de la tecnología, todo eso pasa en los hogares. En ese sentido la cuarentena favoreció el consumo de videojuegos ya que el aislamiento nos obligó a estar encerrados. Las empresas de videojuegos no ignoraron esta situación, y promovieron desde sus plataformas, descuentos e incluso juegos gratis de primera línea. Todo esto contribuyó a que aumentara exponencialmente el consumo de videojuegos”.
Carolina Duek, doctora en Ciencias Sociales y magíster en Comunicación y Cultura, manifiesta: “Las plataformas de streaming como Twtich crecieron muchísimo, así como también la venta de juegos, y lugares como The Border Arena no solo la conectividad sino también la suscripción. Podríamos pensar que la cuarentena influyó en todo esto considerando la amplitud de la oferta gratuita de videojuegos, el tiempo doméstico y el sedentarismo impuesto por las limitaciones de movilidad”.
Al comienzo de la cuarentena, allá por marzo de este año, Tedros Adhanom, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aseguró que jugar videojuegos “sirve para cuidar la salud mental”. Por ende, queda claro que el pasatiempo favorito, o por lo menos el más elegido por muchos, durante este tiempo son los videojuegos.
La Secretaría de Cultura de la Nación, en base a la Encuesta Nacional de Consumos Culturales, confirmó que 4 de cada 10 habitantes de la Argentina juegan videojuegos. Además, más de la mitad de los adolescentes (12-17 años) y el 30% de los jóvenes (18-29 años) suele jugar videojuegos, pero a medida que aumenta la edad, disminuye la proporción de jugadores.
Juan José Moreno, vocero de Riot Games, señaló a Ámbito que la industria de los videojuegos “ha experimentado un crecimiento exponencial que podemos asumir continuará durante esta contingencia”. De esta manera, se puede comprender que la cuarentena le juega un papel favorable a las industrias y desarrolladoras de videojuegos y deportes electrónicos.
Entre los aspectos positivos de jugar videojuegos, Beneditto destaca: “No son solamente un medio de entretenimiento. Traen los beneficios de la práctica, de la habilidad, prueba y error. Sirven para trabajar sobre algunos aspectos cognitivos: memoria, tensión, reflejos, capacidad de toma de decisiones, pensamiento de estrategia a corto, mediano y largo plazo, aprendizaje. Sirven también para la educación y para la salud. En el ámbito educativo se usa para aprender historia. Con el Minecraft se pueden recrear museos. Hay muchas aplicaciones”. El especialista indica que actualmente hay un proyecto para utilizar videojuegos con realidad virtual para la rehabilitación en los hospitales.
Por el otro lado, en cuanto a las desventajas, el psicólogo señala que los videojuegos son algo negativo cuando ya se consumen de manera excesiva, cuando hay una potencial adicción: “En esos casos, los videojuegos inciden en nuestra salud, nuestro bienestar y en nuestra calidad de vida. En términos de lo que tiene que ver en actividades de base de subsistencia: dormir, alimentarse, hacer ejercicio. Incide en los vínculos de familia, de amigos. Puede haber un retraimiento y el que el videojuego sea un refugio para evitar conflictos internos o externos. Puede haber alteraciones en el pensamiento, en el humor, puede haber irritabilidad, o que el pensamiento sea monopólico y que el único interés que tenga sea solo jugar videojuegos”.
En la misma línea, Duek, quien también es investigadora asistente del Conicet, indica que jugar videojuegos es una práctica cultural que puede producir, proponer y habilitar el espacio de vínculo entre las personas. Sin embargo, señala que pueden llevar al exceso de uso, lo cual “tiene que ver con falta de pautas, pero también con una conducta patológica. Un niño que esta solo tal vez se salva jugando videojuegos, siempre hay que evaluar el contexto”.
Este aumento en el consumo de videojuegos no es solamente en Argentina, incluso ni siquiera en Sudamérica. Según un estudio del grupo especializado AcuityAds, hubo un aumento del 75% en el consumo de juegos online durante la cuarentena en España, Italia, China y EE UU. Marzo registró el mayor gasto digital en videojuegos de la historia, con más de 9.000 millones de euros, según la consultora Super Data. Steam, la principal plataforma de juegos para computadoras, alcanzó un récord: 24,5 millones de usuarios conectados a la vez.
Para Beneditto la clave para que los videojuegos no sean una adicción está en “establecer un vínculo sano, donde se pueda disfrutar, dándole el espacio que se merece sin sacrificar otras actividades, donde podamos seguir teniendo una vida social, familiar, donde no haya problemáticas con cualquier estudio, ni con las actividades básicas que nos permiten vivir como la nutrición, el dormir y la actividad física. Depende del adulto poder llevar adelante esto de la mejor manera posible. Si esto no pudiera ser, hay que tratarlo con un profesional”.