El sueño de la casa propia, la emancipación y la independencia que tienen los jóvenes se ve cada vez más alejado en consecuencia al aumento constante de los alquileres.
Cecilia tiene 32 años, trabaja en un local de venta al público y vive con sus padres. Se levanta temprano, llega al trabajo a las 10 de la mañana, pasa todo el día ahí atendiendo clientes y a las 8 de la noche da por terminada la jornada laboral. Trabaja todo el día pero no puede alcanzar su objetivo de tener su casa propia. Esto le genera mucha frustración y se le nota en la voz cuando habla sobre el tema. “(…) trabajo todo el día para poder pagarme algo y la verdad es que no me alcanza. No se cómo hacen otras personas cuando dicen “me compre un departamento”, cuenta.
“En los ‘90 vos con 10, 14 años de trabajo te comprabas una casa”, explica Martin Siracusa, Profesor de economía en la Facultad de ciencias económicas de la Universidad Católica Argentina. Pero la realidad es que ya no estamos en los ‘90 y, hoy en día, cada vez es más difícil para los jóvenes poder mudarse de la casa de sus padres y poder construir su propio hogar. Siracusa agrega: “Hoy necesitás 27 años de sueldos completos para comprarte una casa”.
Comprar una casa es casi imposible, pero alquilar tampoco es tan fácil. A los millennials -personas nacidas entre los ‘80 y mediados de los ‘90- no les quedan muchas más opciones para poder emanciparse.
Pero, ¿cuánto cuesta alquilar en CABA? Según un estudio realizado por Zonaprop, un departamento de dos ambientes cuesta 28.913 pesos por mes y uno de tres se alquila por 40.153 pesos mensuales.
Sin embargo, también existen diferencias por barrios. Puerto Madero encabeza el primer puesto entre los barrios más caros de Capital con un precio medio de 59.125 pesos por mes y un aumento interanual entre octubre del 2019 y del 2020 del 79%. Por el contrario, en los barrios más baratos Liniers, Constitución y Villa Luro encabezan la lista con un promedio de alquileres de 24.200 pesos por mes.
Yesica tiene 38 años, se dedica a dar clases en primaria y vivió con sus papás toda su vida. Al ser la hermana menor, tardó más en dejar el hogar familiar y cuando su madre falleció decidió quedarse con su papá para poder acompañarlo en esa situación tan difícil. Sin embargo, ya pasaron varios años desde ese momento y siente que ya es hora de conseguir su propio espacio.
“El tema de vivir con mi papá no es algo que me gusta, no me siento cómoda. A veces cierro los ojos y digo “es un esfuerzo más, pero siempre se termina estirando. Cuando uno piensa que está llegando, la plata toma otro valor y hay que repensarlo, todo el tiempo”,
confiesa Yesica.
El estudio de ZonaProp determinó que en el transcurso del 2020 los alquileres aumentaron un 52.3%. Es decir, el doble que la inflación. Esto, sumado a la situación económica actual, dificulta el sueño del espacio propio.
El no poder emanciparse del hogar a pesar de la inversión de tiempo y esfuerzo puede afectar la salud mental. La terapeuta Mercedes Tarragona explica que la frustración puede tener efectos como la ira, la ansiedad o la tristeza y una baja del autoestima.
Para Candela , auxiliar docente de inglés por la tarde y estudiante de cine por las noches: “Es muy tormentoso convivir con esa idea de que por más allá de que uno labure y se pueda dar todos los gustos, nada es suficiente” y agrega: “Presa. A veces siento que no tengo escapatoria”.
Los alquileres altos no son el único problema, también se le suman los salarios bajos. La compañía global de análisis de datos, Big Data & Analytics Equifax, realizó una investigación sobre el problema de los llamados millennials a la hora de mudarse. En base a información recopilada del ANSES y del Banco Central, detectaron que el 85% gana menos de $28.000 y sus niveles de endeudamiento son demasiado altos respecto de sus ingresos.
“El actual es un momento con salarios reales muy bajos, es decir, hoy están ajustados por inflación en niveles muy por debajo del promedio de las últimas décadas”, aclara Federico Gónzalez Rouco, profesor de economía de la Universidad Católica Argentina. Yesica logró resumir todo el conflicto en una sola frase: “en este país los sueldos no alcanzan. Te pueden dar un aumento pero una vez que lo recibís, todo aumenta también”.
Ley de alquileres: la normativa para proteger a los inquilinos
A pesar de las dificultades que se enfrentan en nuestro país, hay organizaciones cómo HABITAR Argentina y personas cómo el ganador del Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, que se ponen del lado de los jóvenes e hicieron lo posible por sacar la Ley de Alquileres.
¿Qué es la Ley de Alquileres?
Según datos de la Asociación Civil por la Igualdad y Justicia (ACIJ) en la Ciudad de Buenos Aires, los alquileres superan un tercio de la población y de acuerdo a la 2da Encuesta Nacional de Inquilinos, en promedio, más del 45% de los ingresos de los hogares se destina al pago de los mismos. Con las condiciones económicas actuales, en donde los alquileres suben y los salarios bajan, mucha gente corre el riesgo de perder sus hogares.
Frente a esto, nace la ley 27.551, comúnmente denominada “ley de alquileres”, una normativa sancionada en el Congreso el pasado 11 de junio. Esta ley representa un avance sustancial en la discusión sobre el derecho a la vivienda. Además, garantiza una ampliación de derechos para las más de 8 millones de personas que alquilan en nuestro país. Modifica a su vez el código civil y comercial de la Nación y establece nuevas reglas para los contratos de locación.
El objetivo principal es asegurar el acceso y la permanencia de las personas en una vivienda en alquiler. Por lo tanto, apunta a proteger a los inquilinos estableciendo la extensión de la duración mínima de contrato a 3 años, la posibilidad de que los inquilinos puedan ofrecer más de una garantía y la obligación a registrar los contratos de alquiler en la AFIP.
Estos son beneficios directos para el inquilino no se debe pensar solamente en el precio del alquiler, sino que según el informe de Zonaprop el solo hecho de ingresar a un monoambiente en un barrio con valores promedio de la Ciudad de Buenos Aires, hoy, se requieren, como mínimo, $105.500. La suma incluye por supuesto el monto de un mes de alquiler, pero también el depósito, un seguro de garantía, las expensas, las tarifas de los servicios y un mobiliario muy básico.