En la Ciudad de Buenos Aires hay un accidente de tránsito cada 28 minutos. Son la principal causa de muerte, especialmente entre los jóvenes de 15 a 34 años.
A pesar de las campañas de concientización y los controles implementados, las cifras continúan siendo alarmantes. Esto refleja la necesidad urgente de un cambio estructural, educativo y cultural en la forma en que nos movemos por la ciudad. Por este motivo y en el mes del Día de la Seguridad Vial en Argentina debemos tomar conciencia de esta problemática.
Según los últimos datos del Observatorio de Movilidad y Seguridad Vial del Gobierno porteño (OMSV) y de la Dirección Nacional del Observatorio Vial (DNOV-ANSV), en 2023 se registraron al menos 104 muertes por siniestros viales en CABA. Aunque representa una caída del 4 % en relación con el año anterior, el número sigue siendo alto.
¿Quiénes son las principales víctimas?
Los datos muestran una realidad preocupante, el 78 % de las víctimas fatales son hombres y la mayoría de ellos manejaba una moto. El año pasado, murieron 4027 personas en siniestros viales en todo el país. Eso equivale a 12 muertes por día.
El 43 % de las víctimas tienen entre 15 y 34 años. Quienes están más expuestos a sufrir o provocar siniestros viales. Esto puede deberse a varios factores: menor percepción del peligro, conductas imprudentes como no usar casco o manejar bajo los efectos del alcohol.
La mayoría de los siniestros tienen como víctimas fatales a motociclistas. Los cuales se caracterizan por mayor presencia de vías urbanas, la mitad ocurren en calles y avenidas, y en horario nocturno. Principalmente son colisiones.
Siniestros viales: las zonas más peligrosas de CABA
En la Ciudad de Buenos Aires existen áreas con una concentración mayor de accidentes de tránsito. Estas zonas calientes, identificadas por el Observatorio de Movilidad y Seguridad Vial.

- Avenidas de alto flujo vehicular: como la General Paz, la 9 de Julio y Juan B. Justo, donde la velocidad y la cantidad de vehículos generan un entorno de alto riesgo.
- Intersecciones mal señalizadas: especialmente en barrios como Flores, Constitución y Liniers, donde la falta de semáforos o la señalización deficiente aumenta las probabilidades de colisión.
- Zonas de alta circulación de motos y bicicletas: en zonas como Microcentro, Palermo y Recoleta, donde conviven diversos modos de transporte en espacios reducidos.
Además, la Auditoría General de la Nación (AGN) advirtió sobre fallas en la planificación, mantenimiento y señalización del tránsito, lo que agrava la problemática, no solo en la Ciudad sino también en rutas nacionales mal conservadas, donde el accidente de tránsito es moneda corriente.
Imprudencia y errores humanos: las causas detrás de un accidente de tránsito
La ANSV afirma que el 99% de los siniestros fatales podrían evitarse ¿Cómo? Eliminando comportamientos imprudentes, por ejemplo:
- Conducir a exceso de velocidad
- Cruzar con semáforo en rojo
- No respetar la prioridad de paso
- Usar el celular mientras se conduce
- Manejar bajo el efecto de alcohol o drogas
- No descansar lo suficiente antes de un viaje
Estos factores, lejos de ser inevitables, son decisiones humanas que comprometen no solo la vida del conductor, sino también la de terceros. Por esta razón, desde la OMS se insiste en dejar de utilizar “accidente de tránsito” y hablar, con precisión, de siniestros viales.

Calle para todos: una urgencia colectiva
Para reducir los siniestros viales en la Ciudad de Buenos Aires, hace falta un cambio profundo.
Las calles no pueden seguir pensándose como espacios solo para autos. Deben ser lugares compartidos por todos: peatones, ciclistas, motociclistas y conductores.
Desde la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) se impulsa un enfoque integral que promueva una movilidad urbana responsable. La educación vial desde chicos, respetar las normas y convivir de forma segura entre todos los actores del tránsito.
Diez hábitos que salvan vidas
Además de promover un cambio estructural en la forma en que nos movemos por la ciudad, la ANSV y el Gobierno de la Ciudad recomiendan incorporar conductas individuales que, sostenidas en el tiempo, pueden marcar una diferencia significativa en la reducción de siniestros viales:
- Usar siempre el cinturón de seguridad
- No conducir bajo los efectos del alcohol
- Mantener el vehículo en condiciones óptimas
- Usar casco en motos y bicicletas
- Respetar los límites de velocidad
- No usar el celular mientras se conduce
- Priorizar siempre al peatón
- Cumplir con semáforos y señales de tránsito
- Detenerse ante señales de fatiga o cansancio
- Conducir con empatía, respeto y atención plena hacia los demás

La conducción preventiva puede evitar tragedias
Conducir preventivamente significa anticiparse a posibles riesgos, mantener la atención plena y tomar decisiones seguras. Incluye desde mirar dos veces antes de cruzar, hasta prever las posibles acciones de los demás. En el tránsito, la anticipación puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.
La solución no está solo en las calles, los autos o las leyes, sino en la conciencia de cada persona que se mueve en la ciudad. Salvar vidas está al alcance de todos. Respetar una luz roja, bajar la velocidad, mirar al peatón o dejar el celular puede marcar la diferencia. En un contexto donde cada minuto se libra una batalla entre la prisa y la prudencia, elegir cuidar vale más que llegar rápido.