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Las primeras 100 Taser: cómo se gestó la compra y la falta de protocolos en las fuerzas de seguridad

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A partir de la resolución 395/2019, publicada en el Boletín Oficial en mayo de este año, y firmada por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, se reglamentó el uso de de pistolas no letales del tipo Taser para fuerzas policiales y de seguridad federales. 

Las primeras 100 Taser fueron adquiridas por un precio de 86.200 dólares. También se compraron 1.000 cartuchos operativos y 600 para capacitación. La compra total sumó unos 123.500 dólares. 

La Licitación Pública se abrió el 29 de abril de este año y se presentaron tres empresas, la estadounidense Axon, la brasileña Condor y una local llamada Vermerkiper SRL. La compra fue adjudicada a la estadounidense Axon, la empresa que creó las Taser cuando en 1969, el investigador de la NASA, Jack Cover, comenzó a desarrollar un arma eléctrica no letal para ayudar a los agentes de policía a controlar a los sospechosos, como una alternativa a las armas de fuego, a la que denominó “Tom Swift Electric Rifle” (TSER), que hacía referencia a la novela de 1911 Tom Swift y su Rifle Eléctrico.

En el sitio de contrataciones del Estado, COMPR.AR, se detalla que se desestimó a las otras dos empresas por no cumplir técnicamente. La brasileña Condor era quien menos dinero ofertaba (665,50 dólares por pistola) y la argentina VERMERKIPER SRL era la más costosa (3.399,91 dólares por pistola).

Las armas no letales del tipo Taser son utilizadas en 71 países. Entre ellos, Canadá, Australia, España, Alemania y Reino Unido. 

El Reino Unido es pionero en materia del uso de este tipo de dispositivos. Su implementación comenzó a regir desde el 2004. Sin embargo, el primer uso de las Taser por parte de las fuerzas policiales  fue como parte de un ensayo sobre su uso en 2003. 

El Gobierno inglés dirigió un estudio piloto con la policía de Lincolnshire, el Servicio de Policía Metropolitana, Policía de Northamptonshire, Policía de Gales del Norte y Policía de Thames Valley. El uso de Tasers se limitó a los oficiales de armas de fuego, y a los incidentes u operaciones en los que se cumplieron los criterios para la emisión de armas de fuego y se había otorgado la autorización de armas de fuego.

A partir de este estudio piloto, se elaboró un protocolo de entrenamiento para las fuerzas de seguridad que se basa en una formación inicial de 18 horas seguidas de un mínimo de 6 horas por año de entrenamiento de actualización obligatorias. 

Cómo se gestó la implementación de las pistolas Taser en Argentina 

En marzo de este año, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, viajó al Reino Unido invitada por Shaun Hipgrave, Head of Joint Security and Resilience Centre, Office for security and Counter Terrorism, a fin de de asistir al evento de Seguridad y Vigilancia del Ministerio del Interior UK 2019.

Este evento, “Security & Policing 2019”, se llevó a cabo en Farnborough, Hampshire donde se exhibieron las últimas innovaciones sobre Infraestructura Nacional Crítica, Seguridad Cibernética, Contraterrorismo, Seguridad en Grandes Eventos, entre otros temas relacionados. 

Según fuentes oficiales, el propósito de su visita fue “desarrollar una agenda que buscaba evaluar y consolidar los proyectos en materia de cooperación en cuestiones de seguridad con el Reino Unido y, en particular, repasar los trabajos desarrollados en Acuerdo marco del Memorándum de Entendimiento suscripto entre el Ministerio de Seguridad de la República Argentina y el Ministerio del Interior del Reino Unido (Home Office)”. 

Además, la ministra de Seguridad asistió a la sede de la Scotland Yard y fue recibida por el Sr. Stephen House, Subjefe de la Metropolitan Police, con quien compartieron información sobre los protocolos de uso de las pistolas Taser y la experiencia de la implementación de estas armas por la fuerza británica desde hace 15 años. 

“Durante este diálogo también se hizo mención a los entrenamientos específicos que requieren las Taser, a la baja tasa de efectos adversos por su uso en el Reino Unido y a la decisión de ser utilizadas por un grupo determinado de policías y en situaciones especiales”, informaron fuentes oficiales del ministerio de que encabeza Bullrich. 

Según la resolución que aprueba la implementación de las Taser, deben implementarse “de forma inmediata cursos de capacitación específica para el empleo de armas electrónicas no letales”.

Sin embargo, a pesar de esta resolución y del diálogo entre Bullrich y el subjefe de la Metropolitan Police no existe ningún reglamento claro. 

A través de un pedido de acceso a la información pública, el ministerio de Seguridad informó que le ha indicado a la Policía Federal Argentina “el diseño de una actividad de capacitación preparatoria que estará a cargo de un cuerpo de Instructores Especializados de dicha Dirección General, y contará con contenidos teóricos y un espacio donde se recreen demostraciones prácticas de sus usos”.

Pero, no se han detallado protocolos, horas de entrenamiento ni pruebas pilotos similares a las que se llevaron a cabo en el Reino Unido previo a su implementación. 

Cómo funcionan las Taser y por qué generan tanta controversia

Las pistolas Taser generan una descarga eléctrica que inmoviliza a un potencial agresor. Cuando son disparadas, unos dardos guiados por un cable por una distancia de hasta diez metros provocan una descarga de 400 volts durante cinco segundos. Eso provoca que se inmovilice de inmediato al atacante. El arma, además, graba toda la secuencia de uso en imágenes y audio, por lo que pueden verificarse posteriormente las condiciones de tiro. 

Las posiciones acerca del uso de estas armas se mantienen divididas desde 2010, cuando por primera vez se puso en debate su uso para la entonces Policía Metropolitana (hoy, la Policía de la Ciudad) a cargo de Eugenio Burzaco. 

En 2010, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires había ordenado la compra de pistolas Taser pero su uso fue bloqueado por la justicia porteña. El fallo indicó que “no resultan razonables” estas armas para garantizar la seguridad porque pueden lesionarse “derechos como la vida, integridad física y salud de las personas”.

En paralelo, un informe de Amnistía Internacional sostiene que “las armas tipo Taser son especialmente susceptibles de ser utilizadas para cometer abusos cuando se emplean como pistolas paralizantes, puesto que están diseñadas para generar docilidad frente al dolor y suelen emplearse contra personas que ya están bajo custodia o control de la policía”. 

Además, las armas de descarga eléctrica portátiles figuran dentro del reglamento sobre el comercio de determinados productos que pueden utilizarse para aplicar la pena de muerte o infligir tortura de la Unión Europea. Y el Comité contra la Tortura de la ONU en su informe para Inglaterra y Gales expresa su preocupación porque “la utilización de esas armas casi se haya duplicado en 2011” y  además advirtió sobre “los casos en que se han utilizado esas armas contra niños o contra personas con discapacidad y en operaciones policiales recientes respecto de las cuales se puso en duda la existencia de una amenaza grave de uso de la violencia”. 

Por otro lado, la Fundación Cardiológica Argentina desestimó que las pistolas Taser afecten el corazón. “Al momento no existe evidencia científica que registre muertes por fibrilación ventricular. Los decesos descriptos se generan por otras patologías neurológicas asociadas al estado de excitación de la persona que corre mientras huye o al uso de drogas, como anfetaminas o cocaína”, aseguró la fundación en un comunicado.

Según la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, “es una gran incorporación para situaciones intermedias en las que el uso de un arma de fuego sería muy peligroso”. En esa línea, aclaró que “no serán utilizadas” para las movilizaciones sociales.

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