La Feria Internacional de Tecnologías Inmersivas tuvo su segunda edición en el Centro Cultural Kirchner.
Con dos jornadas que tuvieron lugar el sábado 8 y domingo 9 de junio, se realizó por segunda vez Virtuality Buenos Aires en el CCK. El evento, de entrada libre y gratuita, estuvo dedicado a los avances en Realidad Virtual, Realidad Aumentada, Realidad Mixta y Hologramas.
Esta edición contó con la asistencia de 8.000 personas, stands de 50 empresas nacionales e internacionales destacadas, conferencias y talleres de corporaciones como Facebook y Microsoft. La empresa global Atos trajo una novedad este año: un fulldome desde el que se proyectaron películas del mundo entero en 360°.
Virtuality es una feria que nació en París hace cuatro años y que desde 2018 eligió a Buenos Aires como sede en Latinoamérica.
“Decidimos instalarla en el país porque Francia y Argentina tienen una historia muy fuerte de producción de contenidos de animación, películas y videojuegos y hoy de realidad virtual y realidad aumentada”, señala Julien Brun, director de Virtuality Buenos Aires.
Ideal para start-ups
Actualmente hay 90 productoras que trabajan con estas tecnologías en Buenos Aires y casi 140 en toda la Argentina. Según un informe sobre el ecosistema inmersivo iberoamericano de la consultora Neo Media Lab (2018), el país es líder en esta industria. Argentina, Colombia, España y México constituyen los únicos países de la región cuyas empresas registran ganancias de entre 500 mil y 1 millón de dólares en este ámbito (el 14% de las empresas del muestreo).
Además de ser una atracción para el público general, Virtuality Buenos Aires se presenta como un espacio de networking para aquellas start-ups argentinas que buscan desarrollar sus proyectos.
“Sin duda el ecosistema argentino está creciendo fuerte en esta industria y ya es reconocido como uno de los más importantes de la región. Muchas empresas del sector están interesadas en escalar proyectos a Europa, pero no solo alcanzan las ganas de proyectarse, también hacen falta oportunidades concretas de negocios en el otro mercado”, explica Jérôme Marechal, agregado comercial de Tecnologías y Servicios de Business France Argentina, agencia comercial de la Embajada de Francia que potencia el desarrollo de proyectos argentinos en Francia y hace lo mismo con empresas francesas en el país.
Una de las estrellas del evento fue Gloomy eyes (2019), película de animación de realidad virtual producida entre Francia y Argentina que llegó al Festival de Sundance y ganó el prestigioso premio de South by Southwest (SXSW). Se estrenó en Latinoamérica durante esta edición de Virtuality Buenos Aires.
Las tecnologías inmersivas no sólo son muy explotadas en el área del entretenimiento (uno de los hitos fue la app Pokemong Go); la Feria demuestra que también se vuelven cada vez más prometedoras en otros campos.
La empresa nacional MindCotine las desarrolla en el ámbito de la salud: ya trató a más de 1.000 pacientes para dejar de fumar a través de situaciones simuladas mediante realidad virtual. Por su parte, FourPlayers realiza entrenamientos corporativos: una de sus capacitaciones consiste en enseñar a personal de planta a manipular matafuegos con realidad virtual evitando los errores que puedan ocasionar las prácticas reales.
Aprender Conectados
Y el Estado no se queda atrás: un ejemplo de tecnologías inmersivas puestas al servicio de la educación es el proyecto de Biblioteca Virtual que está desarrollando el Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Nación.
En el marco del plan Aprender Conectados, se crearon distintos videos de realidad virtual como recurso pedagógico para simplificar el entendimiento de las materias básicas en las escuelas. Para comprender Biología, los chicos podrán adentrarse en el cuerpo humano y viajar a través de las venas; para estudiar Literatura, podrán entrar en la casa del cuento “Casa tomada” de Cortázar; para entender Matemática, podrán experimentar una caída libre. La iniciativa todavía está en desarrollo y prevé la entrega de celulares en un futuro para que ningún chico quede excluido de este proceso de inclusión digital.
