Diego Maradona, Boca Juniors, la noche, anécdotas, los amigos, la familia, son palabras que definen a Guillermo Esteban Coppola. Días después de cumplir siete décadas y festejarlo, como bien sabe, en Tango Porteño, afirma estar “en su mejor momento”.
En la entrada de su casa, al salir del asesor, se puede apreciar el adorno que eligió Guillermo para decorar su entrada: el famoso jarrón, intacto, ese donde, en octubre de 1996, en un allanamiento, la policía encontró una bolsa con cocaína y Coppola terminó preso.
Dentro del departamento, su mujer Corina toma el té con unas amigas. Pasamos a un cuarto donde se aprecian fotos suyas con muchas personalidades destacadas, entre ellas Cacho Castaña y Mauricio Macri en el despacho presidencial, y una ventanal con una gran vista a la Avenida Libertador. Un sillón blanco de cuero nos espera, nos sentamos, y Coppola hablará sobre su relación con Diego Maradona, cómo ve a la Selección y sobre lo más importante, en la actualidad, en su vida: la familia y los amigos.
Guille tu libro empieza con la siguiente frase “una vez me preguntaron qué leyenda habría que poner en mi epitafio, conteste sin dudar, amigo full time” ¿Cómo es Guillermo Coppola como amigo?
En la vida uno crece, tiene familia, trabajo, hijos, padres, eso es el entorno que a uno lo rodea y elegís a los amigos. Para mí son una parte importantísima de la vida, mismo nivel que la familia. No son los que te llegan ni los que tenés por árbol genealógico. Soy amigo de mis amigos y en mi próxima vida quisiera ser mi amigo.
¿Esta última frase puede que también sea tu estado de Whattsap?
Correcto.
¿Cuándo arrancaste a trabajar en el Banco Italiano? ¿A qué apuntabas, que objetivos tenías en la vida?
Yo creo que uno va buscando ese artífice de su propio destino, su lugar en el mundo. Yo estudié porque mi vieja quería que estudie y jugaba al fútbol en Racing porque era lo que apasionaba. En un momento laburaba en el banco porque hacía falta que labure, si hubiese podido elegir, elegía el fútbol. Pero la verdad que no tenía las condiciones para ser profesional, eso me lo hicieron saber. Me lo dijo Cacho Giménez. Entonces entre al banco, con un examen que había salido más o menos, pero producto de que mi hermano trabajaba en ese banco lo pude dar devuelta y entré. Inmediatamente me propuse crecer ahí. Terminé el secundario y me mandaron a hacer un terciario.
Un día llegó Vicente Pernía (exjugador de Boca) al banco y ahí pude ir a la Candela, conocí al Conejo Tarantini y pude trabajar con ellos. Mientras tanto crecí en el banco, arranque en el 1975 y me fui en el 1985 por Diego (Maradona). En el banco fueron muy generosos porque me permitieron tener a muchísimos futbolistas.
Posteriormente Diego me pidió exclusividad y me fui con él, esto me permitió conocer el mundo, era otro nivel. Siempre digo, no hay fortuna en el mundo que pagué la vida que yo tuve, porque la tuve al lado del más grande de todos, de Diego Armando Maradona.
Estás tan relacionado con Boca, que antes de conocerlo a Diego debutaste en la primera de club ¿Cómo viviste ese momento siendo tan apasionado por Boca Juniors?
Fue el sueño del pibe. La vida uno tiene que transitarla tratando de vivir la mayor cantidad de sueños posibles, no se puede vivir sin soñar. Uno sueña con un viaje, conocer una mujer, tener un gran amigo, fuera de las cosas materiales, porque no soy materialista. Yo soñaba con jugar en primera, con aquello que se me frustró de joven, la vida y los jugadores que yo representaba me dieron esa posibilidad, de cumplir me sueño. Fue un 12 de octubre de 1980 en Bragado, mi cumpleaños, ellos me regalaron esa posibilidad. Lo hice y lo viví intensamente, me puse la camiseta, formé con el equipo, fue el sueño del pibe. Mi primer y último partido en primera división. Después del partido echaron al técnico (Rattin).
En ese partido casi hacés un gol
Si, pega la pelota en el palo, marcar un gol hubiese sido inolvidable.
¿Puede ser que estabas un par de metros adelantado?
Estaba casi 20 metros adelantado (se ríe), pero Lousteau padre, me gritó de atrás que siguiera. Ese momento lo vivimos todos con intensidad, el árbitro, medico, el técnico, kinesiólogo, masajista y demás. Porque afortunadamente he sido un tipo querido en el 80, en el 90, en el 2000 y, afortunadamente, hoy sigo siendo un tipo querido.
Después de distanciarte de Diego, en tu libro contás que conociste un grupo de abogados, que también tenían un equipo de fútbol, La Logia. ¿Qué lugar ocupó y ocupa en tu vida este grupo?
Hoy ese grupo es un sostén muy importante en mi vida, a la cabeza Nicolás Mateo que es mi gran amigo. Ese grupo es un sostén porque yo termino con Diego a finales de 2003 y vuelvo como sin saber qué iba a hacer. Antes hablamos de que uno forjaba su destino… yo había tenido 200 futbolistas, había llegado al más grande, tenía tres hijas, estaba casado, ya tenía muchos sueños cumplidos y tenía poco interés en un futuro. Ellos me despertaron ese interés. Han pasado a suplir, ese sentimiento tan profundo que yo tenía para con Diego. Ese amor hoy lo tengo para con él, para con Lucas y para con Dardo. Pilares de mi remontada y de que hoy este viviendo el mejor momento de mi vida.
¿Te lo demuestra la gente en la calle?
Totalmente. Ese es el mayor regalo, te pueden regalar lo que sea, pero yo quiero lo que me regala la gente. Quiero eso, la foto, el grito, el aliento, el firmar el libro, el que me digan “Grande Guille, te respeto, te admiro” y no hice un gol como el de Diego contra los ingleses, ni canto una canción como Cacho Castaña. Sin embargo, tengo el reconocimiento de la gente que me hace vibrar y vivir la vida como la estoy viviendo, feliz.
A partir de 2010, antes de Buenos Muchachos, ¿qué hacía Guillermo Coppola?
Conducía eventos privados. Lo sigo haciendo, aunque hoy menos. Eso a mí me da cosa porque la gente te paga. Me cuesta el que te paguen para estar. He hecho teatro, he llenado teatros, pero es otra cosa porque ahí te vienen a ver, pero el que me inviten a animar un cumpleaños, o una fiesta, es otra cosa. Algunos son para no rechazar, y ahí si juega lo económico, porque hay que ser honesto con uno. Si puedo evitar ese trabajo, lo evito. Porque siento que la gente me regala cariño, reconocimiento y si uno es agradecido hay que dar, yo nací para dar, soy dador por naturaleza.
Siempre dijiste que te gusta mucho dar, pero no recibir
Sí, porque entiendo que mi función en la vida es esa, yo soy más dador que recibidor, de todas maneras, recibo, permanentemente. Si vos buscás hacer el bien, te vuelve el bien, si vos das, recibís. Es una cosa que a mí no me ha fallado nunca en la vida.
Mientras estuviste al lado de Diego, tuviste la posibilidad de conocer a muchísimas personalidades importantes, ¿Con cuáles te quedás?
Fidel Castro, Silvio Berlusconi y el Papa Juan Pablo II, también puede ser Rainiero, el Príncipe de Monte Carlo. Después deportistas muchos, Platini, Pele, Vilas. También actrices, Sofía Loren, Catherine Deneuve, Ornella Mutti. Por eso, te reitero, la vida que yo viví no la puede pagar ningún dinero. Porque vos podés tener plata, pero con Sofía Loren no vas a cenar, tampoco vas a sentarte en la casa de Berlusconi mano a mano a comer una ensalada porque lo quería llevar a Diego al Milán. Esas son cosas inolvidables, por eso a Diego le voy a estar eternamente agradecido.
Justamente, viviendo en Nápoles, al lado de Diego, ¿Tenías la misma relación con los napolitanos que con los argentinos?
Sí, total, total. Pero uno tiene que ser consiente. Hay que saber ajustarse y aceptar las cosas como son, en ese momento yo tomé la decisión de irme, era lo que correspondía antes de hacerle mal a Diego. Ahí se produce una separación de 4 años y después volvimos a retomar juntos.
¿Dónde lo disfrutaste más a Diego, en Napoles o en Cuba?
Fueron dos etapas diferentes. La de Napoles fue gloriosa a nivel de triunfos, de logros, de conquistas, dos Copa Italia, Scudetto, Copa UEFA, Mundial del 86, subcampeonato del 90, un momento profesional inolvidable. Por supuesto también, el nacimiento de sus hijas y su casamiento.
Cuba fue más sentimiento, más amistad, y amor. No había dinero no había logros ni triunfos, el logro más grande era que Diego se pusiera bien. Esa la pasamos, con buenas y malas, pero lo superamos.
¿Tu vida en Cuba como era?
Yo siempre digo que era Forrest Gump (risas), corría mucho, entrenaba mucho, no había mucho para hacer. Diego jugaba mucho al golf y yo tenía muchas novias. Habré tenido cientos de novias en Cuba y pasaba mis ratos así, esos 4 años que estuve.
¿Alguna vez pensaste en volver a ejercer la representación?
No, nunca. Después de Diego, ya llegaste a lo máximo, ya está. Por supuesto que, si me suena el teléfono ” Hola si, ¿quién es?, Leo Messi, Guerrillero como estas”, ahí sí, vamos, mismo Agüero, Carlitos Tevez. Pero están bien representados, no necesitan a nadie. Por supuesto a jugadores de ese nivel si volvería, pero como te dije están bien representados.
Volviendo a Boca, ¿nunca te imaginaste ocupar algún cargo ejecutivo?
Nunca me intereso, nunca. Pude y puedo tal vez el día de mañana, si la figura es respetada y se le da la importancia que tiene que tener, me gustaría ser director deportivo. Hoy se le dice manager, pero un manager con el poder y con la posibilidad de trabajar, como se hace en Europa. El nexo entre el presidente y el director técnico. El Presidente está más para lo que es protocolar y el manejo del club, en lo que es el fútbol, están el director técnico y el director deportivo. Acá el Presidente, por naturaleza o por cómo somos, le gusta también dedicarse a eso y prácticamente ese rol lo ocupa también el presidente.
Hoy, ¿Boca está bien representado a nivel institucional?
Yo creo que hay que ser respetuoso de las decisiones de la gente y la gente eligió a (Daniel) Angelici, el socio lo eligió. Él es quien te representa y quien hace las cosas que tiene que hacer, elegir al técnico, traer a los jugadores. Boca ganó los últimos 2 campeonatos, el Mellizo (por Guillermo Barros Schelotto) está en las semifinales de la Copa Libertadores. Así que algo le tenés que reconocer. Para aquel que no esté de acuerdo con Angelici, dentro de poco habrá elecciones el año próximo y se elegirá un nuevo presidente.
Yo digo que hay que apoyar al que está, sobre todo si tiene buenas intenciones y esto te lo traslado a nivel país, hoy está Mauricio (Macri) y hay que acompañarlo.
Después hay otros partidos, hay otra gente que se cree capaz y que hoy es muy crítica. Cuando tengan la posibilidad y ganen en las urnas como corresponde que manejen ellos que yo los voy a apoyar. Yo voy a apoyar al que está, al que elige la mayoría.
Se filtró un video tuyo, durante el Mundial de Rusia, bajando del micro con la delegación un día antes del partido contra Nigeria, ¿Tuviste algún rol oficial durante el Mundial?
No tuve ningún rol oficial, ninguno. A mí no me gusta eso de subir al micro, eso es de los jugadores. Justo ese día había ido al entrenamiento y el hotel estaba colmado de hinchas, entonces iba a ser imposible entrar, por eso me subí al micro. Lo que sí charlé con los jugadores, los entretenía, por ahí venían y me pedían alguna sugerencia y yo amistosamente los atendía, los consentía, pero rol oficial, ninguno.
Hablando de la Selección, ¿Que le falta para ser exitosa?
Le falta una conducción que se proponga hacer las cosas bien, un técnico estable que priorice conducir la selección y no la foto ni la trascendencia personal. Hay material, por supuesto que hay que hacer un cambio, Scaloni hoy lo está haciendo, incorporando chicos jóvenes. Tenemos mucho potencial y tenemos al mejor del mundo que es Leo Messi, al cual la gente le carga toda la responsabilidad, él no es el único responsable, es uno más dentro de una organización que tiene muchos responsables.
Si pudieras elegir a un DT para que arme el proyecto y llegar bien a Qatar 2022, ¿A quién elegirías?
Elegiría al Flaco Gareca. Supo trabajar en Perú con un plantel de menor potencial que el nuestro, los llevo al Mundial e hizo una buena Copa. Ricardo es nuestro, estaba libre antes y no lo eligieron, el técnico para mi es él. Por supuesto que, si quieren venir, (Diego) Simeone o (Mauricio) Pochettino.
Dijiste que tenemos potencial, tenemos a Leo Messi ¿Por qué se lo critica tanto acá en Argentina?
Porque somos así, nosotros somos elitistas, Messi rompe todos los records, como no lo vamos a reconocer solo porque no ganó un título con la selección. Llegamos a las últimas tres finales con Messi, no todos llegan a la final. Nuestra forma de vivir es así, responsabilizamos en el otro, para no mirar para adentro y yo creo que mirar para adentro significa decir “esto es un juego de conjunto y merecemos todos el mismo respeto y tenemos toda la misma responsabilidad”.
Hace rato me dijiste que era el mejor momento de tu vida, ¿Por qué?
Por todo. Por la familia, por los amigos, por el trabajo, por la salud, porque puedo ver el crecimiento de mis hijas y las puedo acompañar, porque puedo ayudar a un amigo, porque estoy en la radio en un lugar comodísimo, radio que es la más escuchada, estoy aprendiendo. Vos me dirás, son lugares de privilegio, y sí, son lugares de privilegio. Entonces, fundamentalmente, el reconocimiento de la gente, después el amor de los amigos y de la familia y después esto que hacés vos, venís y te preocupás por hacerme una nota, porque reconocés mis cosas y yo soy muy agradecido de eso.