El sistema busca estimular la aportación de información que permita encontrar prófugos, personas buscadas por delitos de lesa humanidad y personas extraviadas.
Lian Gael Flores Soraide, Loan Danilo Peña y Alicia Troszynski son nombres que aparecen constantemente en los medios de comunicación, niños desaparecidos buscados por el Estado. Entre ellos hay muchos más, y toda información acerca de ellos tiene una recompensa.
Desde el Programa Nacional de Recompensas es posible encontrar la información acerca de las personas buscadas por el Estado y la potencial compensación que le puede ser otorgada a quien brinde más datos sobre ellas.
¿Cómo funciona el Programa Nacional de Recompensas?
El Programa Nacional de Recompensas ofrece montos de dinero determinados por el programa para aquellos ciudadanos que aporten información certera que permita detener a las personas buscadas por las fuerzas de seguridad. Este dinero sale del Fondo Permanente de Recompensas, creado en 2009.

Los datos provistos deben ser útiles para obtener la libertad de la víctima, para preservar su integridad física y/o para lograr la aprehensión de quienes hubiesen cometido el delito. Claro, esta información no puede ser ofrecida por personas que hayan intervenido en la comisión del delito.
Según la ley 26.538, los datos recabados deben servir frente a un número limitado de casos:
- Homicidio, según el artículo 79 del Código Penal y homicidio agravado, por el artículo 80 del Código Penal.
- Violación, explicada en el artículo 119 del Código Penal y violación seguida de muerte, según el artículo 124 del Código Penal.
- Privación ilegal de la libertad calificada, por el artículo 142 bis del Código Penal.
- Sustracción de menores (artículo 146 del Código Penal).
- Secuestro extorsivo, por el artículo 170 del Código Penal).
- Los tipificados en los artículos 5º, 6º y 7º de la Ley Nº 23.737, que se refieren a los estupefacientes.
- Robo a entidades bancarias, o en el encubrimiento de cualquiera de éstos (artículo 277 del Código Penal).
Para ofrecer este tipo de información, hay que llamar al 134. La denuncia es anónima por ley. El Ministerio Público Fiscal suele elaborar un informe sobre la calidad de los datos aportados, y a partir de eso, se define la recompensa, siempre asegurando la reserva de la identidad.

Sin embargo, los empleados públicos de las Fuerzas de Seguridad o de Inteligencia no pueden participar de esta recompensa.
Cada caso tiene una particularidad diferente que suele ser descrita dentro del expediente público para la ciudadanía. En algunos casos ponen únicamente una fecha de relevancia, como la desaparición de la persona; el lugar y la edad. Siempre acompañado de una imagen. En otros casos las descripción es más detallada: rasgos físicos y datos acerca del hecho.
Categorías y recompensas categorías y recompensas incluye el Programa?
La primera categoría es la de personas desaparecidas. Entre ellas aparece el caso de Lian Flores, un niño de tres años, desaparecido el 22 de febrero de 2025 en Córdoba. Por él, la Nación, en colaboración con la provincia donde nació el niño, ofrecen $10 millones por información que ayude a encontrarlo.
Por su parte, las recompensas no son únicamente por datos que ayuden a encontrar gente desaparecida, sino que también para prófugos de la Justicia, como lo es Jonathan Somephikhay Norasing: un abusador sexual que tiene orden de captura desde diciembre del 2024. La información sobre su paradero tiene un valor de $5 millones.

En casos donde la justicia solo conozca el crimen, pero no a sus autores, hay también un sistema de recompensas que ayude a develarlos. Entre ellos está el caso de Rolando Fabio Grenier, víctima de un homicidio a causa de 18 puñaladas, en Chubut. Los datos que puedan ayudar a las autoridades a conocer a los perpetradores del crimen, pueden llegar a tener un valor de $5 millones.
En el caso de la “Búsqueda de nietos apropiados” durante la dictadura cívico militar de 1976 a 1983, el valor de la información que cumpla con las condiciones será de $5 millones. La leyenda de la imagen con huellas digitales dice: “
A quienes aporten datos sobre personas nacidas entre 1975 y 1980, que ayuden a restituir la identidad de hijo e hijas desaparecidos durante la última dictadura militar”.

La categoría de “Desaparición forzosa” sólo tiene a una víctima: Iván Eladio Torres Millacura, hombre desaparecido hace en el 2003, en Chubut. El valor de la información que ayude a encontrarlo es de $5 millones.
Y por último, existe una grupo de Sistema es el de “Prófugos por Delitos de Lesa Humanidad”: no hay ningún caso en el que profundizar, ya que está vacía.
El Programa de Recompensas por la Justicia (RFJ) de los Estados Unidos
Por otra parte, Estados Unidos tiene su propio Sistema de Recompensa, llamado Programa de Recompensas por la Justicia (RFJ),donde figuran personas como Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, por quien se ofrecen 50 millones de dólares.

El sistema de recompensas de Estados Unidos considera merecedora de compensación diferentes tipos de información, que se mantienen en el ámbito nacional como internacional. Estos últimos deben ser datos que:
- ayuden a prevenir o a resolver de forma favorable actos de terrorismo internacional contra personas o bienes estadounidenses en cualquier parte del mundo.
- Conduzca a la identificación o ubicación de un líder clave de una organización terrorista extranjera.
- Ayude a la desarticulación de mecanismos financieros de personas o entidades involucradas en actividades que apoyan al régimen de Corea del Norte.
- Conduzca a la identificación o ubicación de cualquier persona que, actuando bajo la dirección o el control de un gobierno extranjero, ayude o apoye una violación de la Ley de Abuso y Fraude Informático (Computer Fraud and Abuse Act).
Un caso relevante del pasado es el de Osama Bin Laden, fundador y líder de Al Qaeda y figura central detrás de atentados contra embajadas estadounidenses en África.

La recompensa llegó al tope de 25 millones de dólares, luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Lo abatieron en Pakistán en 2011, en una operación estadounidense.