Cuando el 8 de octubre del 2006 Mariana y nueve de sus alumnos murieron en el accidente conocido como la “Tragedia Ecos” al regresar de una actividad solidaria en la provincia de Chaco el impacto llegó a todo el país e inició un camino para que la legislación acompañe. El conductor del camión contra el que chocó el micro tenía 1.65 g/l de alcohol en sangre. Aunque las leyes no permiten rastros de alcohol en conductores profesionales, una legisladora quiere que esa medida se extienda a todos los casos.
La diputada de la provincia de Buenos Aires por el bloque Cambiemos, Vanesa Zuccari, presentó en el Congreso un proyecto de ley para prohibir la conducción de cualquier tipo de vehículo con alcoholemia superior a 0 miligramo por litro de sangre. Actualmente la tolerancia permitida para conductores de vehículos particulares es de 0.5 g/l. “La presentación del proyecto surge a partir del incremento en el consumo de alcohol que, inevitablemente, acarrea consecuencias nocivas, con daños irreparables en personas y bienes. El objetivo es lograr una política de consumo de alcohol responsable. Educar, concientizar y controlar son los ejes sobre los cuales debe asentarse una política en tal sentido”, explicó .
Aquellos que sufrieron de cerca el peligro del alcohol al volante defienden la necesidad de leyes más rigurosas. Diego Fernández Molina, viudo de la docente de Ecos defendió el proyecto de Zuccari: “El que se quema con leche, sopla el yogurt. El que pasó por esta situación, de haber perdido un familiar en un siniestro vial, en mi caso mi esposa, entiende la necesidad de la tolerancia cero para quienes estamos frente a un volante”.
Sin embargo, la ley de tolerancia cero no es totalmente aceptada y despierta opiniones diversas. El titular de Luchemos por la Vida, Alberto Gasparini, opinó al respecto: “Hace 15 años en la provincia de Buenos Aires 0.5 g/l de límite de consumo de alcohol y no se ha hecho nada importante por consolidarlo. Llegar a alcohol 0 sin haber conseguido que se respete el alcohol 0.5 me parece un despropósito”.
Después de la tragedia, Diego y los padres de los jóvenes que murieron en el accidente formaron la organización “Conduciendo Conciencia”. Como su nombre lo indica, el objetivo es educar respecto a la importancia de conducir responsablemente. “Venimos todos de distintos palos, ninguno había pensado su vida trabajando en algo relacionado con esto. Somos un grupo de papas que se conoció en ese momento luego de la muerte de Mariana y los chicos” explicó Fernández.
Según datos de Luchemos por la Vida se redujo la cantidad de multas por infracciones de tránsito pero esto no se debe a una mejora de conducta y mayor conciencia de los conductores. “Hemos escuchado que hay menos contravenciones pero es porque no se ha controlado. Tenemos que controlar. Hay que trabajar con el compromiso de la sociedad pero también con el compromiso de los funcionarios de trabajar en el tema. Esto no se logra solo, y menos de un día para otro”, aclaró Gasparini.
“Toma conciencia”, “Conductor designado” y “Me divierto sin alcohol” son algunas de las campañas que buscan despertar la conciencia de quienes están al volante. La diputada Vanesa Zuccari también presentó en la Cámara de Diputados un proyecto de declaración para que el Congreso de la Nación modifique el artículo 5º de la Ley 24.788, con el objeto de que los envases de bebidas alcohólicas que se comercializan en el país lleven la siguiente frase: “Consumir alcohol en exceso es perjudicial para la salud”.
Las campañas son necesarias pero no suficientes. “Creo que son iniciativas positivas. También se habló de poner alcoholímetros en los restaurantes donde la gente consume vino con el almuerzo o con la cena, a mí me parece que todo ayuda pero también tenemos que controlar”, concluyó el titular de Luchemos por la Vida.
Por Argi Azpilicueta y Camila Loch