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Cruelty free: al menos 20 empresas utilizan sellos truchos

Un conejo en una jaula de un laboratorio
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Una veintena de empresas venden productos en Argentina con sellos cruelty free no oficiales y sin aprobación de ANMAT. Cómo reconocerlos

El 6 de abril de 2021, un conejo blanco vestido de traje traspasó la pantalla de miles de usuarios. Se trataba de “Save Ralph”, un duro cortometraje donde un conejo blanco se sienta en el sillón de su living y cuenta lo que es un día normal para él.

Pero Ralph no es un conejo ‘normal’, sino uno usado para experimentación; es un animal más de los 100 millones usados cada año según contó el Dr. Juan Enrique Romero en un artículo de Infobae.

El conejo, que se mantiene optimista, explica las consecuencias médicas causadas por los testeos: “Estoy ciego por mi ojo derecho y por esta oreja no puedo oír nada más que un pitido. Piiiip. Sí, molesto, ¿verdad? Sí. Me rasuraron el pelaje y tengo quemaduras químicas en la espalda, y como arde… Pero no es para tanto, solo me duele realmente cuando respiro, o me muevo, o algo cualquier cosa…”

No obstante, Ralph explica que “lo hacemos por los humanos” y “son muy superiores a nosotros los animales”. Asimismo, no ve nada raro con el hecho de ser un conejo de pruebas, dado que es su trabajo, y toda su familia también lo son. “Y todos murieron haciendo su trabajo”.

Cruelty free, la alternativa ética

Cruelty Free Press, un blog de vida consciente, sostiene que ser cruelty free “significa que ningún animal ha sido utilizado en experimentos en ninguna fase de elaboración, desde la selección de los ingredientes al producto final”. Si bien el movimiento comenzó el siglo pasado, hoy en día puede ser determinante para muchos consumidores.

Por ejemplo, para Constanza Pistone, una joven de 18 años, es un factor decisivo, y explica que “si veo que es un conejito medio deforme, la dudo”. Como ella, para Mercedes Severino, de 23 años, también es importante. Cree que “la sociedad le da más importancia a los productos Cruelty Free por el respeto a los animales y la imagen negativa que produce en la marca cuando se menciona que ella realiza estas pruebas”.

Por el contrario, Teresita Romano, de 47 años, reconoce que no chequea si los productos que utiliza son cruelty free. “La verdad que no, por falta de costumbre. No lo tengo incorporado pero debería”, admite.

Cuatro claves para determinar si es Cruelty free

Para que una marca -un producto determinado o un laboratorio no pueden utilizar el sello si la empresa en su totalidad no es cruelty free- pueda considerarse libre de testeos de animales, debe cumplir ciertos requisitos:

  1. Los ingredientes no deben haber sido testeados en animales.
  2. El producto final no puede ser testeado en animales.
  3. No se deben vender productos en mercados donde el testeo en animales sea obligatorio (como China).
  4. Deben obtener una certificación oficial.

El último requisito hace referencia a ciertas empresas que llevan a cabo investigaciones y otorgan los sellos. A nivel mundial, las más reconocidas son tres: PETA (Personas por el Trato Ético de los Animales), Cruelty Free International, y Te Protejo.

A pesar de que ciertas organizaciones sí tienen un costo, PETA optó por hacer el proceso de certificación totalmente gratuito. Para utilizar los logos, las empresas deben hacer un pago único por la licencia. Por esta misma razón, muchos sostienen que la excusa de que “es muy caro” no corresponde.

No obstante, en día en Buenos Aires, hay al menos veinte empresas que utilizan sellos parecidos, con una mínima alteración, para aparentar aquello que no son: cruelty free.

¿Quienes se esconden detrás de sellos no avalados?

Entre las calles del barrio de Once, no es ningún misterio que las marcas chinas predominan. Muchos también asumen la falta de legitimidad de la mayoría de esas marcas. Pero eso no les impide comprarlos.

Para los clientes de Iman of Noble, Dawang Rose, Miundo, Huxia Beauty, imitaciones de Ruby Rose y Kaliya Beauty, ese es exactamente su caso. Marcas de procedencia China, sin tener fábricas en Argentina ni Latinoamérica, estos seis emprendimientos afirman ser cruelty free. ¿Utilizando qué? Sellos truchos.

Sin embargo, la carencia de sellos oficiales no debería ser lo que más preocupe a los consumidores, sino la falta de un sello -o uno oficial- de la ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica). La Anmat es un organismo con jurisdicción en toda la nación que se encarga de garantizar que los productos que se comercializan sean seguros, eficaces y de calidad. No contar con el sello, implica que los productos, justamente, no se consideran ni seguros, ni eficaces, ni de calidad.

A diferencia de estas marcas, ACF (Advanced Cosmeceutical Formulations), fundada en 2017 en Argentina y asociada con Dadatina en 2020, es considerada una empresa de cosméticos seguros. Pero también se proclaman cruelty free, cuando carecen de un sello oficial.

Su propuesta ética los conduce a utilizar sellos apto vegano, no testeado en animales y libre de gluten. Sostienen que decidieron hacer esto desde sus comienzos porque no querían que alguien tuviese una razón para no usar el producto.

Álvaro Prieto trabaja en ACF desde su fundación, y hoy es Gerente de ECommerce y encargado del registro con la ANMAT. De unos treinta y cinco años, con barba y cabello oscuro, cuando recibe en su oficina, se ríe y se queja de la temperatura de Buenos Aires. Toma el control del aire y lo prende. Sigue apretando el control, baja la temperatura del aire y su camisa le agradece. Una vez bajada la temperatura, se ríe y dice estar listo para un par de preguntas.

  • La empresa dice ser no testeado en animales, ¿ustedes son cruelty free?
  • Ehhhh mira, hay una gran diferencia entre lo que es cruelty free y no testeado en animales. Cruelty free es un sello (haciendo gestos con la mano) internacional… Decir que no testeas en animales es un claim que podés validar independientemente. Nosotros testeamos en humanos, con voluntarios pagos.

Esta es una confusión común tanto para empresas como entre consumidores cuando se trata del uso de sellos. Marisol Queupumil, directora de certificaciones para la fundación Te Protejo, explica lo siguiente: “a veces se confunde un poco el término. El término cruelty free fue acuñado por los años 90, que significa ‘libre de crueldad’; es un término bien amplio, pero se ocupa específicamente para respaldar aquellos ingredientes o productos no testeados o probados en animales. Entonces siempre que nos vamos a referir a cruelty free, nos vamos a referir a productos no testeados en animales”.

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Álvaro Prieto acepta más más preguntas.

  • ¿Las fábricas están todas en Argentina?
  • Sisi, producimos todo acá porque somos una empresa argentina. No tenemos fábricas propias ni laboratorios, pero les decimos que queremos que hagan y lo hacen. Les decimos ‘mira queremos que lo hagas con esta fórmula, que sea apto vegano y que no testeen en animales, que sea libre de gluten…’ y lo hacen.
  • Si la fábrica no es tuya y dependes de terceros, ¿cómo garantizás que no testeen en animales?
  • Y ¿por qué si yo estoy pagando solo por testeos en humanos para que van a hacer un testeo que no estoy pagando?
  • ¿Trataron de validar alguna vez que no testean en animales?
  • Sí tratamos, tratamos. Pero son muy minuciosos. “Pedían cosas a las que yo no podía acceder, documentos a mis proveedores que no tenía manera de acceder”.
  • Entonces tienen problema para validar por la materia prima.
  • Claro, por eso no te puedo decir que soy cruelty free. Pero nosotros nunca testeamos en animales.

Prieto sostiene que ANMAT les avala el sello, dado que al hacer un registro debes mandar lo que dirá tu etiqueta. Al hacer esto, debes adjuntar comprobantes para corroborar lo dicho. Por ejemplo, si decis que no testean en animales, deberás mostrar los testeos en humanos. “Si les mandas esto, ya pasaste” afirma.

Animales más utilizados en pruebas cosméticas

El rol de la Anmat en la certificación

Como ACF, Tejar Make Up también utiliza sellos aprobados por ANMAT. “Una de nuestras preguntas más frecuentes, es si nuestros productos son cruelty free ¡y los son! Podes encontrar el sello junto con toda la información del producto en cada uno de los envases”. Así asegura la empresa en un posteo reciente en Instagram.

Tejar Make Up es una empresa resguardada por la sociedad Ferpamar, fundada en 2007 por los hermanos Fernando y Pablo Marcelo Rossi. A pesar de ser una empresa argentina, acogió una táctica estratégica para solventar sus gastos: producir en China la totalidad de sus productos.

Marina Rossi, la dueña actual de Tejar Make Up, es una joven morocha y, al igual que Álvaro, una persona apurada. Su oficina, situada en Mataderos, funciona también como una distribuidora. Un hombre alto, que ya trabaja con la empresa hace tiempo, vino a retirar un pedido. Toca el timbre de un portón de metal gris y alto y espera.

Rossi sale de una puerta negra, al lado del portón gris, y saluda a un cliente con bastante calidez. Luego, apresurada, trata de volver a entrar a su oficina.

La mujer, que habla desde la puerta y está apunto de cerrarla, explica que los productos son importados, dado que se elaboran en China, con ingredientes chinos. Al serlos, el testeo ocurre tanto en China como en Argentina. De igual modo, afirma que no se realizan en animales.

Marina afirma que la fábrica china es quien le otorga el sello y le garantizan que todo sea así en una carta certificada. Sostiene que con la carta, la ANMAT les permite poner el sello en su etiquetado.

Sitio de Instagram de Tejar en Instagram

Marisol, la empleada de Te Protejo, explica tanto este caso como el de ACF, dado que se repite continuamente en su trabajo: “como el laboratorio se encarga de todo, ellos simplemente les dicen ‘quiero estos productos, con estas formulaciones o con estas cantidad de estos ingredientes’, pero muchas veces los laboratorios dicen ‘ya, yo compro los ingredientes’. Entonces muchas veces las marcas no saben quienes son sus distribuidores o los fabricantes de los ingredientes. Si ni siquiera manejan esa información, es muy complejo que puedan afirmar que son cruelty free porque básicamente no tienen información de dónde vienen”.

Por otro lado, Alfaparf Milano también eligió otro sello particular: un dibujo de una pata de perro que está acompañado por la frase “no testeado en animales”. A pesar de ser un sello atractivo, no pertenece a ninguna organización, por lo que el sello no es oficial, y tampoco lo puede ser la garantía.

Alfaparf Milano, como dicta su nombre, es una empresa multinacional de origen italiano, con presencia en más de 90 países y 5 plantas productivas (Argentina, Brasil, Venezuela, México e Italia). La empresa, fundada en 1980, se especializa en cosmética, y sostiene vender productos cruelty free, y algunos veganos.

La empresa suele hacer los testeos para asegurarse de que es seguro y que funcione del país proveniente, y un testeo de calidad, que comprueba que el producto esté bien hecho, en el país que los importa.

Santiago Velazquez trabaja en Recursos Humanos en Alfaparf desde 2017 y es quien la empresa asigna para responder preguntas. El joven explica con entusiasmo que un par de los productos son veganos, mientras que afirma que toda la empresa “tiene esta idea de sustentabilidad”.

Sin embargo, al preguntarle si la empresa es cruelty free, responde: “la realidad es que no te quiero mentir. Yo creería que sí, pero debería mandar un mail y preguntar”.

El empleador de hace ocho años sostiene que “la lógica sería: che… no usamos productos derivados de animales, no deberíamos testear en animales. Ahora, en realidad yo casi que podría confirmarlo, pero no lo quiero confirmar porque no lo pregunte. Es algo que hago yo de sentido común, ¿no?”

Como Alfaparf, Lefemme en el momento de publicitar su visión ambientalista, decide utilizar incluso otro sello: un conejo rosa con hojas verdes arriba de su cuerpo. La empresa sigue, según ellos, un estricto programa vegano y cruelty free desde que arrancaron hace quince años. A pesar de esto, opta -como el resto de las empresas mencionadas- por no tener una certificación oficial.

Kiara Azul Angeleri es una mujer de unos veinte años, rubia y de ojos celestes. La joven es vegetariana y dice informarse mucho sobre el maltrato animal, tanto en la alimentación como en el uso de testeos. Además, trabaja en atención al cliente en Lefemme desde abril de 2023.

La empresa produce todo a nivel nacional y lleva a cabo los testeos en Argentina. La empleada vegetariana explica que el sello está avalado por la ANMAT, dado que los testeos lo hacen “dermatológico, principalmente se hace pruebas químicas y luego se hacen en personas, que claramente son voluntarios y cobran un sueldo”.

Asimismo, Angeleri explica que cada sello puesto en el etiquetado tiene un precio alto, y que no es fácil para la empresa someterse al compromiso. La joven, que se “informa mucho de estas cosas” desconoce la organización PETA, lo que hace, ni el hecho de que su certificación es gratuita.

Y le aconseja a los consumidores fijarse el número de legajo y chequearlo en la página de ANMAT, para chequear si lo que dice el producto es verdadero. Recomienda esto porque considera que hay muchos productos que llevan un etiquetado falso, mientras apunta el sello de Cruelty Free de Tejar Make Up.

Marco Legal de la industria cruelty free

Según el artículo primero de la Ley 14.346, sancionada y promulgada en 1954, “se establecen penas para las personas que maltraten o hagan víctimas de actos de crueldad a los animales”.

El artículo segundo enumera seis ocasiones donde se considera maltrato animal, de los cuales cinco conciernen a los testeos. Se tiene en cuenta la calidad y cantidad de alimentación, como también prohibiendo jornadas excesivas sin descansos adecuados. Los animales deben hallarse en estado físico adecuado, y no deben “estimularlos con drogas sin perseguir fines terapéuticos”. Por último, se prohíbe el uso de instrumentos que causen dolor innecesario para forzar a los animales a trabajar.

El artículo tercero enumera ocho actos considerados crueldad, de los cuales seis afectan a los testeos. Quedan prohibidas las mutilaciones sin fines del bienestar animal, experimentos innecesarios en animales superiores, cirugías sin anestesia ni título profesional, la matanza de animales grávidas fuera de industrias pesadas, el maltrato intencional y el abandono del animal luego de la experimentación.

Por otro lado, según la ANMAT ellos “no otorgan certificaciones sobre el carácter ‘cruelty free’ de productos cosméticos. No obstante, la Disposición ANMAT N° 7809/2022 establece que el rotulado de tales productos debe ser claro, veraz y suficiente. Por lo tanto, para que sea posible que un cosmético inscripto ante este organismo declare dicha proclama en su rótulo, es necesario que el producto en cuestión no haya sido testeado en animales”.

Sin embargo, muchas de las empresas conllevan producción y testeos en China, donde las legislaciones son muy diferentes.

Históricamente, todas aquellas marcas que querían ingresar a China se veían obligadas a testear sus productos en animales, incluso cuando las pruebas libres de crueldad demostraron ser un 30% más efectivas que aquellas realizadas en animales.

A pesar de su trayectoria anti cruelty free, en 2014, dieron un giro inesperado: el gobierno chino anunció una excepción en su Ley. Aquellas marcas Cruelty Free que correspondieren a productos de cuidado del cabello, uñas, piel, perfume y maquillajes, podrían entrar a China y elaborar sus productos allí.

Es decir, todo producto que no se venda en China y sean denominados “cosméticos generales”, está exento de testeos en animales.

Tecnicismos que esconden realidades

En el barrio de Once hay marcas nacionales que han luchado por su lugar en un mercado saturado por la importación china. Para Home Spa, Pura Soap, Alegra, MIES e Idi Make Up no ha sido fácil, pero lograron competir con empresas que venden sus productos a un precio difícil de resistirse.

A diferencia de la mayoría de las marcas chinas, e incluso la colombiana SFR Color, que no cuentan con el sello oficial de la ANMAT, estas marcas argentinas cuentan con el aval del organismo y sí son seguras de utilizar, como también cumplen con estándares de calidad y eficacia.

No obstante, la carencia de sellos oficiales de cruelty free por parte de las cuatro empresas pone en duda la transparencia y autenticidad de sus productos. A pesar de su esfuerzo en mantener la confianza de sus clientes, optan por esconderse en sellos truchos y no conseguir el aval correspondiente.

Fuera de aquellos mercados, la reconocida marca Aveeno, de origen español, se destacó en su originalidad por hacer todos sus productos provenientes de la avena sativa. Sostienen que la empresa “nació de la naturaleza” y por eso están comprometidos con ella.

Aveeno es una de las tantas marcas de Johnson & Johnson, una empresa estadounidense que tiene presencia en más de 60 países y es reconocida por sus productos para bebés. Asimismo, es conocida por testear sus productos en animales hasta el día de hoy.

Aveeno no puede llevar un sello oficial dado que no testea en la mayoría de los casos, salvo “en algunos países donde la ley lo exige”, como es el caso de China donde también venden sus productos. Esto rompe con los requisitos para llevar un sello oficial.

Sin embargo, en Argentina, Aveeno se denomina cruelty free, o así demuestra serlo en su etiquetado de productos. A pesar de no llevar un sello oficial, acompañan el suyo con el de “Laboratorios Andrómaco”. Ellos sostienen que tienen una fidelidad 100% con aquel laboratorio.

Laboratorios Andrómaco adoptó una política de no testear en animales hace menos de cinco años. Ningún producto producido en este laboratorio, según sus nuevas políticas, será sometido a un testeo animal. Además, es la misma fábrica quien se encarga de agregar el sello a los productos.

Aveeno se esconde detrás de las recientes políticas del laboratorio argentino para utilizar un sello que de otras formas, por elecciones propias, no podrían conseguir.

Según la activista de Te Protejo, “que trabaje con un laboratorio no significa que todos los productos los mandan a hacer con ellos. Las mismas marcas también pueden comprar insumos, también pueden tener sus propios proveedores y comprar, no sé, fragancias y mandárselas al laboratorio para que ellos luego envasen todo en los productos. No me confiaría de una marca que diga que su fábrica tiene certificación y por eso ellas están ok con ello”.

La gama de productos de Andrómaco

Asimismo, en 2022, dos comerciantes chinos, Enyun y Bin Chen, decidieron dar un paso en el mundo cosmético y fundaron la empresa City Girl Argentina. La marca rápidamente tomó relevancia y se volvió en una buena alternativa para maquillajes con precios amigables.

Entre productos bañados del color rosa se esconde su dedicación por empoderar a las mujeres. Se trata de una marca “aliada” de todas las “chicas fuertes, bellas e independientes, de las que siempre van por más” según sus redes.

El equipo de marketing, que reside tanto en el local del Dot como el del Abasto Shopping, explica que “todos nuestros productos son veganos, cruelty free, aprobados por Anmat. Por el momento no contamos con el sello oficial cruelty free por su alto costo para una empresa pequeña como nosotros”.

Con fábricas tanto en China como en Argentina, City Girl dice tomarse muy en serio el bienestar animal y que su compromiso es garantizar que sus cosméticos sean libres de testeos en animales. Por esta razón, eligen testear en personas. “Desde nuestra fábrica seguimos estrictas políticas internas que garantizan que nuestros productos no están testeados en animales” afirma el equipo.

Maia Graderol, empleada de City Girl, explica que intentaron obtener la certificación PETA, pero al ponerse en contacto entendieron que debían abonar 350 dólares. El mail mandado por PETA explicaba que: “no hay que pagar nada para aparecer en el sitio web o en la lista de aplicaciones para teléfonos de PETA. Una vez aprobadas las empresas pueden, si lo desean, solicitar el uso de logotipo global de PETA ‘Animal Test Free’ o, si cumplen los requisitos, el logotipo ‘Animal Test Free and Vegan’. Hay que pagar una tarifa única de licencia de 350 dólares por empresa para utilizar estos logotipos”.

City Girl comparte fábrica con otras dos empresas: Mely y TEI Cosmética. Como City Girl, las otras dos empresas tampoco utilizan sellos oficiales, aunque optaron por no participar en la investigación. El equipo de Marketing de City Girl y Maia Graderol se reservaron “el derecho de seguir aclarando y contestando”, pero un empleado de la fábrica respondió aunque con reserva de su nombre.

Un empleado administrativo, Matías Martin (no es su nombre real) , asegura que las tres empresas fabrican de origen vegetal. Explica que los productos vienen todos elaborados, etiquetados y cerrados de China, y que su trabajo es chequear que el cosméticos esté en buenas condiciones.

El hombre de muchos tatuajes continúa y aclara que los testeos ocurren en Barcelona, o al menos la mayoría. De todos modos explica que no todos los ingredientes son cruelty free. Sostiene que es muy difícil que una empresa sea 100% cruelty free.

Sin embargo, el empleado afirma que el testeo en animales no es tan cruel como se cree; explica que tan solo rasuran un poco al conejo y le hacen unos testeos. Para él, incluso, es casi lo mismo testear en animales o en personas. Sostiene que para él, por ejemplo, el caso de Ralph como tal no existe.

Bianca Costa, fundadora de Rescatanto Ando, fundación que trata de ayudar a los animales utilizados para experimentos explica que “los que si o si son testeados, es decir, que se les inyectó algo, ya sea una vacuna o un producto para ver si hay reacciones alérgicas o no. Esos si o si por protocolo los deben matar. No pueden salir del laboratorio”.

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¿Se necesitan leyes máss rigurosas?

Para Marisol, directora de certificaciones de Te Protejo, la respuesta es simple: no.

  • ¿Suele ser más fácil que las empresas tengan certificaciones cuando residen en países con leyes rigurosas?
  • No siempre. Porque claro, siempre una ley va avanzando, pero también tiene muchos vacíos. Entonces, lamentablemente, cuando se promulga una ley todos asumen que se hace realidad ese cambio de manera inmediata y en realidad no es así. De hecho puede ser que nunca pase. Entonces, eso claro genera confusión en las empresas y suelen creer que por tener un avance en la ley no es necesario poder optar la certificación.

La joven chilena sostiene que el hecho de no tener legislaciones a favor de cruelty free, suele ayudar a que las empresas opten por una certificación para desligarse de las leyes de su país. Incluso explica que ese es el caso para Perú y Argentina.

Sin embargo, la senadora Guadalupe Tagliaferri, considera que brindar más leyes al sistema que prohiban testeos en animales, ayudaría a casos como el de Ralph. Es por eso, que presentó un proyecto que busca establecer una normativa más específica para detener la utilización de animales en la experimentación de cosméticos.

La senadora del bloque Pro, que tiene una trayectoria de casi 20 años en la gestión pública, decidió presentar el proyecto porque considera que existen tecnologías que permiten reemplazar la utilización de animales, pero por ciertos motivos, muchos optan por seguir experimentando en ellos.

Tagliaferri tiene como objetivo “terminar con esta ambigüedad para que ante la ley quede claramente establecido que no se puede experimentar innecesariamente con animales”.

Mientras tanto, Marisol está dedicada a salvar a todos los animales que pueda. Ella sostiene que el mayor poder lo tienen los consumidores. Todo el poder recae en ellos. Es decir, nosotros. Uno puede optar por no comprar aquellos productos que no tienen certificación. Marisol cree que el poder de no seguir generando más conejos ciegos por sus ojos derechos, sordos en la oreja izquierda, rasurados y con quemaduras químicas en la espalda está en quienes decidan no ignorar el tema.

Delfina Pott

Investigación : Delfina Pott, Anabella Lotero, Felicitas Montes y Josefina Mazzurco

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