Punto Convergente

Con banderas y vuvuzelas amarillas, la hinchada del PRO cerró la campaña

Cierre Lospennato
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La cabeza de lista del PRO, Silvia Lospennato, se mostró confiada de cara al domingo, a pesar de la derrota política en Ficha Limpia. Mauricio Macri, María Eugenia Vidal, Fernán Quirós y Jorge Macri le hicieron el aguante.


La calle está cortada por la policía de la ciudad. La lona azul de las paredes contrasta con el amarillo de las banderas. El calor propio de la piel sofoca. Camisetas, sombreros, lentes, moños, pines. Todos del mismo color. Dos ambulancias aguardan afuera a la multitud que intenta ingresar – a los empujones – al club. Las miradas fijas en el medio de la cancha. Mauricio Macri se sube a las siete en punto a una plataforma circular brillante algo elevada, el Pro bajo sus pies. 

Es el cierre de campaña del Pro a 72 horas de las elecciones legislativas porteñas. Pese al rechazo a la ley de Ficha Limpia –proyecto impulsado por la cabeza de lista Silvia Lospennato– los capitanes del partido afirman estar más fuertes que nunca. 

Lospennato sobre el escenario circular del PRO

“No Gonza, si entras 5 más explota la valla”.

El Club Cultural y Deportivo 17 de agosto –conocido hasta los años 50’ como 17 de octubre– de Villa Pueyrredón funciona como sede de clases de patín, fútbol, taekwondo, básquet, natación y, disciplina recientemente incorporada, eventos políticos. 

“Dos candidatos se dejaron corromper por el ego y la ambición desmedida, pero ya no están. Fuera malas energías”, proyecta el líder del partido a los aficionados que canturrean al son de las vuvuzelas amarillas. Mauricio presidente. Mauricio Presidente. Menos de 10 años atrás, un público similar cantaba la misma frase, pero extendida. Mauricio presidente, Horacio en la ciudad. A los que se cambiaron los colores no se los menciona por nombre.

“Construir lleva décadas, destruir lleva meses. Ordenando la economía no alcanza, hay que ordenar las instituciones y priorizar el respeto por el otro”. Desde la reciente derrota en el recinto, las referencias al Poder Ejecutivo se volvieron clave en la estrategia de juego. “Esta campaña fue todos contra el Pro y el Pro está acá de fiesta unido. Nadie lo puede quebrar”, afirma María Eugenia Vidal, que hace oídos sordos al descanso de la arenga. 

Las sillas blancas de madera forman un círculo concéntrico de unas 6 filas alrededor de la plataforma. De los postulados en la lista, solo Lospennato tiene un micrófono corbatero pegado a la cara, moda adoptada por los dos Macri, Vidal y el Ministro de Salud de la Ciudad Fernán Quirós. A sus espaldas, pasando por la gente y el sector “VIP” custodiado por hombres de traje y mujeres de pelo platinado, una pantalla led que reza su nombre. 

“Con perseverancia, seriedad y honestidad estuvo solita frente al poder de los corruptos. Se paró y dijo ficha limpia si”, expresa la ex gobernadora de la provincia de Buenos Aires y abraza a Fernán que, al levantarse de su asiento, es recibido por una ovación que lo deja parado como el capitán del equipo. Olé, olé, olé, olé… Fernán, Fernán. “Sabemos que la verdad en el espacio público es una construcción colectiva”, comenta antes de saludar a su equipo que ocupa un lugar importante dentro del ágora. 

Yo trabajo en salud, por eso estoy acá. Porque no quiero que ganen otros”.

Afuera no llega el calor. Los simpatizantes que no pudieron ingresar llevan el color, pero no los distintivos que se reparten dentro. Pañuelos, zapatillas, remeras del submarino de los beatles o de una caricatura de abeja, una botella de jugo de pomelo. Cada uno con el primer amarillo que encontró en su casa. Los gestos hacia la pantalla son fríos, pensativos.

¿Decís que va a haber mucho voto bronca?

Dos mujeres rompen una caja de vauquita y la usan de abanico. La guardan enseguida al escuchar a Jorge Macri pedir que hagan ruido. Ruido de cancha. Mientras tanto, un hombre de barba se agacha debajo de las cámaras y prepara una pilita de papeles tamaño a4 escritos a mano con fibra negra. Primera hoja: “No estamos para un salto al vacío ni para una motosierra que destruya todo. El equilibrio fiscal llegó con Mauricio Macri, no con Milei”. La tribuna canta nuevamente. Mauricioooo. Mauricioooo. Jugada táctica. 

Luego, una lista de referencias a su mandato actual y a futuras conquistas. Solo una o dos veces gira sobre su propio eje para cruzar miradas con algún compañero. La postura siempre en dirección al guión y a otro papel arrugado que le marca los tiempos. Cierra, triunfante, recordando el motivo del acto: “En esta elección se eligen legisladores. Me parece raro esos candidatos que se presentan diciendo que quieren ser jefe de gobierno. ¿Sabes que? La de jefe de gobierno es en dos años y ahí te espero”.

El domingo cueste lo que cueste, el domingo tenemos que ganar. Ponga huevos, huevos Lospennato, ponga huevos, huevos de verdad. “No se si voy a poner huevos pero voy a poner unos ovarios que ni les cuento”, responde la delantera al recibir la pelota. “Esta fue una campaña poco limpia, porque hay algunos que no saben hacer política limpiamente”. Entre algún que otro chiste recibido por caras confundidas agrega: “Ni Macri, ni Cristina, ni Milei se van a bajar de los carteles para sentarse en una banca en la legislatura para decidir”. 

Gol. Una señora vestida de rojo se abanica y llora. Lospennato esboza algunas propuestas de salud, educación, seguridad, cultura. Jóvenes se turnan para pararse sobre las sillas y corear Dale Silvia. Un grupo de nueve mujeres adultas mayores sonríe con los ojos vidriosos, y aplaude desde una esquina de la tribuna. Chano empieza a sonar cada vez más fuerte en los parlantes y da la señal de que todo parece estar bajo control. Fin del partido.

Nos va a ir mejor de lo que pensamos. Le aposté 10 lucas a mi vieja de que salimos primero”.

Abrazos, saltos, selfies. Los protagonistas del acto no tardan en salir. Los miembros de la lista conversan con los que eligen acercarse en vez de escapar al aire fresco. “Se define el domingo, estamos muy parejos. Pero sí, mejoramos la imagen con ficha limpia”, comenta –tranquilo– Darío Nieto, candidato a la lista. Su compañera Rocío Figueroa sostiene, en cambio, que “la imagen del Pro no cambió”, porque ya son años peleando por la causa. 

Se acercan las nueve. De los que hablaron, la candidata es la última en irse, arrastrada de la mano por una chica que pide paso entre los que buscan una foto o un saludo personal. Apartada del resto del club, un equipo de 8 mujeres asegura que tenga privacidad mientras toma un respiro. Cual guardias que deben enfrentar a los barrabravas -la prensa- impiden el paso con su cuerpo. 

Lospennato custodiada por su equipo en los últimos minutos

Custodiada, baja la guardia del showman que se apoderó del escenario. Quedan 72 horas.

Subí la pera para la foto.

Acomodate el pelo.

Sacate el blazer y respira. 

¡Una foto de equipo! 

No salgas sin el blazer, cuidate. 

Sale a paso rápido, sin responder ninguna pregunta. En la cancha no quedan hinchas pero sí empleados y banderas. Despegan el escudo del Pro sin mucho esfuerzo. Estaba pegado con cinta. 

Pasan los años, jugadores y campeonatos. El sentimiento nunca va a cambiar.

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