Bajo el pretexto de ser “inofensivo” el vapeo gana terreno entre los estudiantes secundarios. Expertos advierten sobre sus riesgos y la falta de control en la venta. Los vapes se compones de una batería, un atomizador y un cartucho, que contiene líquido con saborizantes que pueden concentrar altos niveles de nicotina. Los precios van de $15.000 a $60.000 por unidad.
“Empecé tipo… 15, 14. Es que yo fumaba desde antes, cigarrillo, pero como que a esa edad empecé a fumar vape porque todos mis amigos fumaban y ya como que me sentía excluida por no fumar”. Macarena se ríe. Mira al frente y continúa, “lo uso todo el día, literal es una fiaca, lo quiero dejar. Pero creo que cuando más lo uso es en el baño, tipo no sé por qué”.
Macarena fuma vapes hace aproximadamente 3 años. Esos son 1095 días en que ha ingerido nicotina a través de un dispositivo eléctrico. La cantidad de días que Macarena ha fumado cigarrillos de tabaco no pueden ser contados, dado a que no se acuerda cuando comenzó a fumar en general.

El gran enemigo de los adolescentes
Macarena no lo ve como un suceso tan grave, pero el CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades), organización reconocida por el gobierno de los Estados Unidos, toma al cigarrillo electrónico, conocido como vape, como uno de los mayores enemigos del desarrollo en adolescentes.
Si bien la Organización Mundial de la Salud (OMS) aclaró que “es demasiado pronto para proporcionar una respuesta sobre el efecto a largo plazo”, definieron que son perjudiciales para la salud y que no son seguros.
Los vapes, según el Ministerio de Salud de la Nación, están “compuestos por una batería, un atomizador y un cartucho, que contiene líquido con saborizantes que pueden concentrar altos niveles de nicotina”. Al contener nicotina, puede dañar el cerebro en desarrollo de los adolescentes, el cual continúa desarrollándose hasta alrededor de los 25 años.
El CDC explica que “consumir nicotina en la adolescencia puede dañar las partes del cerebro que controlan la atención, el aprendizaje, el estado de ánimo y el control de los impulsos”. Incluso, “la nicotina cambia la forma en la que se establece la sinapsis -conexiones entre las células del cerebro cada vez que se aprende o memoriza algo nuevo-“. Consumir nicotina en la adolescencia también podría aumentar el riesgo de la adicción a otras drogas en el futuro.
El detrás del negocio
Juancito vive en San Isidro, está ya en sus 23 años y cursando una carrera universitaria. Paralelamente, vende vapes. Aunque confiesa que ya no vende tanto, y vende alguno suelto, arrancó en septiembre de 2023. Para el joven es un negocio que crece “bastante rápido, cada vez había más gente que me compraba”.
El sanisidrense explica que hay tanto mayoristas como minoristas de vapes. Según él, se puede comprar incluso sin revelar la identidad de uno, basta con comprar por una página y esperar a que llegue el envío. Repite, varias veces, que nadie chequea.
A pesar de haber sacado provecho del negocio, Juancito considera que deberían haber más campañas en contra del vapeo en menores. “realmente los adolescentes que se ven en la calle, que están fumando un bebé, lo hacen por moda. O sea, no hay una necesidad por detrás de hacer eso. Y yo pienso lo mismo igualmente con el cigarrillo, el porro, el alcohol y todo”.
Preocupado, el joven explica que “yo trataba de no venderles, pero me escribía gente muy chica, me ha llegado a escribir gente que tenía 14 años. Nada, muy chicos en serio”.
En la Argentina los cigarrillos electrónicos fueron introducidos al mercado en 2006 como una alternativa para fumar en reemplazo de los cigarrillos comunes.
Legislación
Desde 2011, por la disposición 3226/2011 de ANMAT, quedó prohibida “la importación, distribución, comercialización y la publicidad o cualquier modalidad de promoción en todo el territorio nacional del sistema electrónico de administración de nicotina denominado ‘Cigarrillo Electrónico’, extendiéndose dicha prohibición a todo tipo de accesorio para dicho sistema o dispositivo, como asimismo a cartuchos conteniendo nicotina”.
Comprame VAPES
Milagros, profesora de un secundario, sostiene que hace falta una mayor regulación de campañas de concientización, especialmente en la regulación, y más que nada entre los alumnos. Explica que incluso es común ver alumnos vendiendo vapes entre sí, hecho que varios jóvenes entrevistados corroboran.
La OMS advirtió que “el consumo de cigarrillos electrónicos entre niños y jóvenes está creciendo de forma alarmante” y brindó un dato alarmante: “En muchos países llega a niveles superiores a los de los adultos”. El problema, tanto para Milagros como para otros profesores, comenzó luego de la pandemia.
Comenzó como un evento social, donde los alumnos fumaban en los baños. Muchos directivos se vieron obligados a limitar el tiempo permitido de los baños, y no dejar a nadie ir durante horarios de clase. Entre pares laborales deben ‘monitorear el baño’.
Milagros explica que entre sus alumnos hay dos bandos, quienes sostienen que el vapeo es demonizado y que no es algo “tan serio”, como aquellos quienes toman el tema con tal seriedad, que incluso escriben ensayos al respecto durante las clases.
Candelaria tiene también 17 años. Ella pertenece al segundo bando (los no fumadores). Sin embargo, se considera la única de su grupo de amigos que no lo hace. La joven terminó el año pasado el colegio y siente que el consumo de vape la “persigue, está en todos lados”.
Recién graduada, explica que al ir al baño de su colegio, una vez descubrió a una chica de 13 años fumando. Que la notó “emocionada”. La joven agarra su celular y entra a Whatsapp. Sus dedos se deslizan una o dos veces en la pantalla y entran a un grupo. Se llama “COMPRENME VAPES”. Candelaria quita su mirada del celular y dice “yo estoy en 20 grupos de vapes y ni fumo, ¿entendés? En sentido de que ya la gente te mete por tipo, no sé, hicieron un grupo de una joda, esa joda pinchó, hacen un grupo de vapes”.
El grupo “COMPRENME VAPES” tiene 352 participantes. Se venden vapes sabor Sour Apple, Passion Fruit Mango, Piña Colada Guava, Grape Strawberry, e incluso algunos con pantalla para jugar y mandar mensajes.
Los precios de los cigarrillos varían ampliamente según su capacidad y el tipo de dispositivo. Existen desde los descartables pequeños (con 1.000 a 8.000 puffs) que salen a partir de $15.000, como aquellos grandes (con 20.000 a 25.000 puffs) que salen a partir de $30.500. También existen los recargables, donde el precio comienza en los $60.000 en páginas web como “Elf Bar”.
Hoy en día, a pesar de legislaciones en su contra, comprar vapes no es dificil. Basta con entrar a Mercado Libre, Instagram, o incluso grupos de Whatsapps para conseguirlos.
Con ojos preocupados y unas manos inquietas, Candelaria explica que “está muy normalizado, o sea yo fui a Pinamar este año y habían máquinas expendedoras de vapes. Estaban los vapes entre un montón de cosas obvio, pero ¿cuándo viste cigarrillos en una máquina expendedora?”