Donald Trump y Kamala Harris se disputarán la presidencia el próximo martes 5 de noviembre. A diferencia de Argentina, el ganador no se elige directamente con el voto popular, sino a través del Colegio Electoral.
Estados Unidos elige un nuevo presidente a través de elecciones cada cuatro años. Siguiendo su tradición bipartidista, esta vez la decisión se encuentra entre Donald Trump para los republicanos y Kamala Harris para los demócratas. Luego de una larga y movida campaña, los estadounidenses acudirán a las urnas, como siempre, el martes siguiente al primer lunes del mes de noviembre. No obstante, la victoria no depende directamente de obtener la mayoría del voto popular, como sucede en Argentina, sino que los estados son los protagonistas del sistema electoral.
Elecciones primarias: republicanos y demócratas
Lo primero que deben hacer los partidos es definir quiénes serán sus candidatos para la carrera presidencial. Si bien todas aquellas personas con intención de postularse deben registrar su candidatura en la Comisión Federal Electoral (FEC) para marzo del año anterior a las elecciones, la campaña política inicia en los debates internos rumbo a las primarias.
Durante las elecciones internas o los “caucuses”, lo que está en juego es la cantidad de delegados que apoyaran la candidatura de cada uno de los postulantes al momento de decidir en las convenciones nacionales. El candidato con la mayor cantidad delegados se elige como presidenciable. Tanto la dinámica de la votación como el número de representantes ganados varía según el estado y el partido político debido a que cada uno tiene sus propias leyes y dinámicas.
En las convenciones, por lo tanto, se define oficialmente la candidatura, donde la persona elegida acepta ser parte de la carrera por la presidencia. La republicana fue del 15 al 18 de julio en Wisconsin mientras que la demócrata se llevó a cabo en Chicago del 19 al 22 de agosto. Es en este espacio donde el candidato presenta a su compañero de fórmula.
Colegio Electoral: el ganador se lleva todo
A diferencia del sistema electoral argentino, el presidente y vicepresidente no son elegidos por el voto ciudadano, sino por un cuerpo llamado el Colegio Electoral. Está integrado por 538 miembros designados por los estados, más la capital Washington D.C. (Distrito de Columbia). Descripto en el segundo artículo de la Constitución de Estados Unidos, se establecen elecciones indirectas: los votantes eligen a los integrantes, que luego decidirán la dupla presidencial.
Sin embargo, la votación popular no es irrelevante. Los electores tienden a votar por el candidato ganador en su estado. El número de electores correspondiente a cada uno depende del tamaño de su población. California y Texas son los más grandes, con un total de 54 y 40 respectivamente. Le siguen Florida con 30 y Nueva York con 28. Mientras tanto, Montana, Dakota del Norte y del Sur, Wyoming, Vermont, Alaska, Delaware y Washington D.C. tienen tan solo 3 votos.
Para ser presidente, un candidato necesita del voto de al menos 270 electores, es decir, la mitad más uno. Como dicen en Estados Unidos, the winner takes it all: el ganador en cada estado se lleva los votos de todos los electores (excepto en Maine y Nebraska donde usan un sistema proporcional). Debido a esto, Las campañas presidenciales se concentran más en “ganar estados” que en ganar el mayor número de votos individuales.
Por lo tanto, conseguir más votos individuales no asegura la victoria de un candidato. Es posible que un presidente gane el voto electoral y pierda el voto popular a nivel nacional. Esto ha ocurrido en dos de las cinco elecciones presidenciales de Estados Unidos en este siglo:
- 2000: George W. Bush fue electo presidente por 271 votos contra los 266 de Al Gore, quien ganó el voto popular por una diferencia de 0,5%.
- 2016: Donald Trump ganó las elecciones con 306 votos electorales, a pesar de que Hillary Clinton lo superó por 3 millones de votos ciudadanos.
Swing states: la clave de las elecciones
Existen estados que no poseen una tradición partidaria clara: los swing states (o estados péndulo). Son determinantes para la decisión porque su voto podría terminar de definir el resultado. En este caso, podrían inclinarse tanto a favor de Kamala Harris como de Donald Trump. Como su apoyo puede variar de una elección a la otra, son regiones donde suelen concentrarse los esfuerzos de campaña. Para este año, son Arizona, Carolina del Norte, Georgia, Michigan, Nevada, Pensilvania y Wisconsin.
Estado | Votos electorales | Elección 2016 | Elección 2020 | Extra |
Arizona | 11 | Partido Republicano | Partido Demócrata | Suele respaldar a los republicanos, pero en la 2020 eligieron a Biden |
Carolina del Norte | 16 | Partido Republicano | Partido Republicano | En 2020 ganó Trump con un 50,05% por 70 mil votos a favor |
Georgia | 16 | Partido Republicano | Partido Demócrata | La victoria de los demócratas en 2020 fue la primera desde 1992 |
Michigan | 15 | Partido Republicano | Partido Demócrata | Tiene tradición demócrata, a pesar de ganar Trump en 2016 |
Nevada | 6 | Partido Demócrata | Partido Demócrata | En 2020 ganó Biden con un 50,06% por 30 mil votos |
Pensilvania | 19 | Partido Republicano | Partido Demócrata | Suele respaldar a demócratas, pero en 2016 dio un giro con Trump |
Wisconsin | 10 | Partido Republicano | Partido Demócrata | Las últimas elecciones se definieron por el 1% |
Otro nombre con el que se conoce a estos estados es battleground (o campos de batalla) debido a que, generalmente, se ganan con pequeños márgenes. Según USA FACTS, desde 1992 solo 30 de 50 estados votaron al menos una vez por el candidato presidencial del partido opuesto al que votaron en los comicios anteriores. De estos, unos 26 fueron ganados con una diferencia de 3% de los votos en aunque sea una ocasión.
Como existen estados indefinidos, también existen “estados seguros” para cada uno de los partidos. California se caracteriza por ser un bastión azul donde los demócratas ganan con comodidad mientras que, por otro lado, Texas usualmente es rojo por su tendencia republicana. En general, los estados rojos suelen encontrarse en el sur, las Grandes Llanuras y en estados montañosos y los estados azules se radican en el noreste, en el área norte del centro y en la costa oeste.
Resultados finales: el camino a la Casa Blanca
Como los estados suelen votar por el candidato ganador en su territorio, la dupla victoriosa se conoce con solamente los resultados de los comicios. No obstante, luego de las elecciones, son necesarios varios pasos previos para oficialmente ocupar la Oficina Oval de los Estados Unidos:
- Semanas después de las elecciones, los miembros del Colegio Electoral se reúnen para votar al candidato más votado de su estado y, así, elegir formalmente al ganador.
- A principios del año siguiente, el Congreso cuenta los votos para validar el resultado.
- Finalmente, el 20 de enero el mandatario electo toma el juramento de cargo y asume en el Capitolio para convertirse en el nuevo presidente de los Estados Unidos.