El cine nacional está en peligro y se prevé un sombrío panorama para el año que viene, consecuencia de las medidas tomadas por el oficialismo. Manuel García, presidente de la Cámara Argentina de Distribuidores Independientes Cinematográficos (CADICINE) expresó: “Se trata de pura maldad”.
En julio de este año se publicó en el boletín oficial el decreto 662/24 que puso fin a los subsidios del Estado para fomentar el cine argentino, eliminó la “cuota de pantalla” que establecía una cantidad mínima de películas nacionales que debían exponerse obligatoriamente en cada una de las salas cinematográficas del país, la cual generaba trabajo e incentivaba el talento local y cerró la posibilidad de presentar nuevos proyectos. La medida, según justificó la cartera de Federico Sturzenegger, se debe a las cifras que reflejó el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) en 2023, las cuales muestran que se subsidió más de 100 películas con menos de 1.000 espectadores, lo cual ocurrió en años anteriores. Estas pérdidas llevaron al oficialismo a recortar el gasto y cerraron la puerta a nuevas posibilidades de producción.
Federico Poore y Manuel Barrientos son periodistas especializados en cine, acerca de la imprescindible ley del cine que actualmente perdió sus pilares principales, como la cuota de pantalla, reflexionan: “Los primeros años de la década de los noventa fueron muy duros para el cine argentino. Entre 1991 y 1994 se estrenaron sólo 50 films argentinos. La caída fue total en 1994, cuando sólo 11 títulos nacionales llegaron a las salas comerciales, sumando poco más de 300 mil espectadores (que representó el 1,8%o del público total). La sanción de la Ley de Cine en septiembre de 1994 permitió comenzar a revertir la situación, ya que incorporó nuevas líneas de fomento para la producción”. De este modo se puede demostrar la importancia de la ley en el fomento del cine nacional, además, si miramos para atrás, de las 30 películas argentinas más taquilleras, 23 de ellas corresponden al período post sanción de la Ley del cine.
Qué se prevé para el futuro
Apenas pasaron un par de meses y aún no se nota el hueco que dejó en la industria, es más, en el mes de septiembre se estrenaron producciones prometedoras que fueron partícipes de grandes festivales de cine, como El Jockey y El aroma del pasto recién cortado. Sin embargo, como se sabe, la producción de una película es extensa y suele llevar un año por lo menos, es decir que este auge de estrenos corresponden a producciones del año pasado. Ahora bien, si todo se encuentra paralizado, ¿qué pasará el año que viene?
“Desde diciembre del año pasado están paradas casi todas las producciones del cine industrial. Se trata de un efecto retrasado, o sea, las películas que no se están haciendo ahora van a impactar en la distribución del año próximo, todavía se están estrenando películas del año pasado”, explicó Manuel García, haciendo hincapié en que a partir del cuarto mes del 2025 aproximadamente se va a notar muy fuerte el hueco de la producción. “Todo se suspendió, hay 62 películas que están aprobadas por el INCAA para ser financiadas y que están todavía esperando que les liberen los fondos para poder ser producidas”, lamentó García.
En relación con la falta de incentivo y el temor por los jóvenes en emergencia de la industria, Manuel García sostiene que al no haber subsidios, los productores llegan a producir una película con el dinero justo pero sin ningún margen para invertir en un estreno, tampoco se puede acceder a herramientas de programación como antes. “Entonces el gobierno acusa a esas películas de que no se ven lo suficiente, pero le quita las herramientas para ser vistas. Les empieza a exigir más visibilidad con menos herramientas, se trata de pura maldad”. Acerca de esta misma cuestión, el periodista Pablo Manzotti sostiene: “Si vos ponés el acento en que el subsidio sólo te lo doy dependiendo de cuánta gente iría a ver tu película, eso no es fomentar, es directamente una trampa. Porque vos no podés condicionar la creación de una obra a ver quién la va a ver, no es justo”.
El rol de las plataformas
En lo que va del año se estrenaron 153 películas, casi la mitad de lo que se estrenó en 2023 (270) y en 2022 (219), y el panorama del año entrante es lúgubre. Con el INCAA caído, nuestra última esperanza son las plataformas de streaming, pero si miramos la cartelera histórica del cine nacional, nuestros favoritos de siempre como Relatos salvajes y El secreto de sus ojos, no se sujetaron a ninguna plataforma. Pablo Manzotti opina: “Se afectará mucho la calidad de los estrenos, por ejemplo, Netflix te pone un condicionante, conseguís el financiamiento pero te dice cómo tiene que ser tu película y tiene que adaptarse a los algoritmos, condiciona la libertad de los autores”.
Sobre esto, Manuel García sostuvo que sólo se salvarán las 5 o 6 películas que hacen las plataformas por año, pero que es otro tipo de cine con otra perspectiva y que las películas que salen allí casi ni pasan por las salas de cine. “No permite que haya una industria en funcionamiento, las plataformas están en un nivel más comercial. En Argentina, los actores, directores, guionistas, surgen de un cine intermedio digamos, de un semillero que no sería posible que crezca y florezca si no está el estado apoyando”.
Qué opina la industria
Desde que se publicó el decreto 662/24 en el Boletín oficial, los juicios e interacciones tanto de empleados de la industria como figuras públicas del cine nacional fueron crecientes. En una reciente entrevista, Luis Ortega, director argentino de películas como El jockey y El ángel, declaró: “La gente que necesita el apoyo del INCAA son los que están en condiciones de mayor hostilidad y desventaja. Es ridículo. Estoy preocupado por los pibes de veinte años que no tienen apoyo, necesitamos escuchar esas voces nuevas. Esa es la gente a la que hay que apoyar”.
Nahuel Pérez Biscayart aceptando el premio de Horizontes Latinos. Fuente: HJCK
¿Hay luz al final del túnel?
Nahuel Pérez Biscayart, protagonista en la película El jockey, recibió el premio de Horizontes Latinos en el festival de San Sebastián a finales de septiembre y en su discurso incluyó críticas al actual oficialismo: “Como muchos de ustedes sabrán, el gobierno actual argentino está empecinado en llevar a cabo un plan de destrucción de la industria nacional y con eso se lleva puesto también a la cultura nacional y el cine argentino. Podrán intentarlo pero no nos van a destruir. No vamos a borrar nuestras memorias ni nuestro futuro. Sepan que todo el amor que nos produce juntarnos para filmar las películas de nuestro país será siempre mucho más fuerte que todo desprecio”. Como dijo el icónico personaje de Francella en El secreto de sus ojos, hay una cosa que no se puede cambiar, la pasión, y el cine es la pasión de miles de argentinos que buscan expandir la cultura nacional. En este momento el cine argentino tiene las alas cortadas y el futuro es incierto, bajará la producción y la cantidad y dependerá de las plataformas de streaming globales, pero no desaparecerá y no se dejará de fomentar a las generaciones jóvenes, porque el cine vive en la historia de nuestro país y está conformado por una colección de obras emblemáticas.