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Viajeros: un estilo de vida que cada vez gana más adeptos

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Viajar es algo que cada vez más personas eligen como estilo de vida. En su mayoría son jóvenes que seleccionan una rutina distinta, lejos de las casas y del día a día. En los últimos años la tendencia creció en nuestro país especialmente  la de recorrer América sobre cuatro ruedas.

Su casa es un Jeep, un auto, una camioneta, una van. La ruta es su interminable pasillo y el verde su infinito jardín. Dejaron la oficina, el taller, el estudio para irse a vivir sobre ruedas. Ellos no son turistas, son viajeros.

“Un turista tiene un paréntesis en su vida. Hace un viaje con un inicio y un final. Ser viajero es otra cosa. Es un modo de vida que salimos a descubrir”, contó Micaela Bedano en una entrevista a La Nación.

Micaela Bedano y Facundo Properzi salieron de Río Cuarto (Córdoba) en 2011 a bordo de un citroen 3 CV de 1977 y volvieron a la misma ciudad este mes, cinco años y medio después, período en el que recorrieron 16 países latinoamericanos.”Salimos a buscar los distintos modos de vida. Que se nos abran la cabeza y el corazón, conocer lo que más pudiéramos y sobrevivir en el camino”, relató la pareja.

Joel Lichtestein y Maga Maffrand, en cambio, salieron de la misma ciudad y estuvieron dos años y medio sobre la ruta. Aunque su viaje fue más corto en tiempo, llegaron hasta Alaska en una combi Volkswagen del ‘84. Su viaje lo compartieron en Vivir amerikombiando

¿Cómo hacen para vivir? La mayoría vende artesanías: objetos hechos en macramé, alpaca, piedra, pinturas o postales de sus viajes. Algunos dan clases de algo que saben hacer. Otros tocan instrumentos a la gorra.

Inu Barreto y Catu Silva cuentan su experiencia a través de las redes sociales con el nombre de Woodhead (“Woodtrip” en Instagram). Ellos decidieron seguir el camino con lo que venían haciendo en su día a día en Buenos Aires. Él es carpintero, y ella maquilladora.

“El espíritu del viaje nace con la idea de llevar a la ruta lo que nos gusta hacer. Los dos disfrutamos trabajando con nuestras manos, el arte, el reciclaje y el deporte. Y desde ese lugar, es que queremos relacionarnos con la gente y el entorno”, cuentan.

Además tienen un sistema de donaciones en su página en el que se donan árboles: por cada 200 pesos que reciben, ellos plantan un árbol nativo en alguno de los países por los que pasan. Así, además de ayudar a mantenerse en el viaje, encontraron la manera de reducir la huella de dióxido de carbono que emiten con el uso del auto.

Woodhead es un proyecto que salió de Buenos Aires y busca llegar a Alaska. Foto: Facebook
Woodhead salió de Buenos Aires y busca llegar a Alaska. Foto: Facebook

Son muchas las personas que deciden emprender la aventura de recorrer el continente conociendo país por país.

Muchos de ellos comparten sus vivencias en páginas de Facebook e Instagram. A través de ellas, cuentan a conocidos y desconocidos sobre sus viajes. Además les sirve de contacto para conocerse entre ellos, darse consejos, brindarse ayuda e intercambiar experiencias, y por qué no, encontrarse en el camino.

Vivir amerikombiando, Woodhead, Del sur a la aurora, La vuelta en Kombi, Por américa en circo, Familia Rodante, son solo algunas de las experiencias compartidas por medio de las redes sociales. Cada una de ellas tiene sus particularidades: hay parejas, familias, quienes lo hacen solos, quienes se dedican a sacar fotos,  practicar deportes, conocer proyectos solidarios o hacer circo.

La familia Zapp vive viajando hace 16 años. Foto: http://www.argentinaalaska.com/

Unos de los primeros, y fuente de inspiración para muchos fueron Herman y Candelaria Zapp que salieron de Buenos Aires en el 2000.

Recorrieron 93.000 km en un auto de 1928 pasando por veinte países hasta llegar a Alaska y de vuelta hasta Ushuaia. Entre aventuras, cambios de planes y el nacimiento de un hijo en el camino lograron llegar a su meta de viaje que estaba planeado para seis meses, en cuatro años. Hoy, con cuatro hijos siguen viajando por el mundo en el mismo auto de 1928.

Ellos plasmaron su experiencia en un libro que sirve de modelo e incentivo para quienes se animan a la aventura, cuyo nombre parece ser lo que todos los viajeros buscan: Atrapa tu sueño.

Esta forma de vivir que parece soñada para algunos, no escapa a los problemas de la realidad: peleas, enfermedades, cosas que se rompen, que se pierden, entre otros.

Sin embargo, frente a estas situaciones, Herman Zapp incentiva a quienes se ven tentados de seguir esa ruta: “En el camino hay miles de dificultades. Falta de dinero, peligros, aduanas… Pero son muchas más las manos solidarias, las enseñanzas y hasta los pequeños milagros”.

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