La ciudad cuenta con un gran conjunto de monumentos que rinden homenaje y celebran la historia de la capital porteña. Hay un trabajo silencioso que permite que las obras continúen vigentes a pesar del paso del tiempo
Millones de personas circulan diariamente por las calles de la ciudad de Buenos Aires. Una especie de museo abierto que pasa desapercibido para la gran mayoría por el ritmo frenético que imprime la rutina del día a día. Monumentos, bustos, placas, monolitos, fuentes y otros más se reparten los metros cuadrados de la ciudad para invitarnos a viajar en la historia y recorrer sus rincones con ojos de turista.
Detrás de los 2.233 monumentos registrados en la Ciudad de Buenos Aires, según datos publicados por el Gobierno de la Ciudad, hay un trabajo en equipo que lleva adelante su restauración y puesta en valor.¨Nuestra prioridad es según el daño que tenga la obra. También hay fechas de conmemoración donde trabajamos sobre las obras, pero principalmente la prioridad es el daño que puedan tener¨,cuenta Gabriel Ramirez, escultor de Monumentos y Obras de Arte (MOA), sobre el criterio que utilizan para reparar la estatuaria de la ciudad.
El MOA es uno de los talleres más grandes de la ciudad, donde las esculturas buscan refugio luego del daño recibido por vandalismo o por el simple paso del tiempo. Funcionando desde 1956, el MOA es el responsable patrimonial y custodio natural de toda la estatuaria y obras decorativas emplazadas en los espacios públicos de la capital porteña y depende de la Dirección General de Conservación del Paisaje Urbano. En este taller, alrededor de 15 escultores hacen de médicos terapistas y se dedican exclusivamente a reparar y extender la vida de obras centenarias. Un verdadero ¨hospital de estatuas¨, donde se mantiene vivo y vigente una importante porción del patrimonio cultural de Buenos Aires.
Los trabajos se realizan tanto en el lugar donde los monumentos están emplazados, como en el taller, dependiendo de la reparación que se necesite realizar en el monumento. ¨Para nosotros es mejor trabajar en el taller donde tenemos todos los elementos, pero algunas obras son imposibles de traer¨, nos indica Gabriel sobre cómo realizan las reparaciones.
El taller se encuentra abierto al público desde el año 2016. Bajo el nombre de ¨Patio de las esculturas¨, ubicado en la plaza Sicilia en el barrio de Palermo, todos los interesados de ver el trabajo de los escultores pueden acercarse en persona a disfrutar de la tarea de estos verdaderos restauradores de historia.
Foto de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
¨Muchas veces las obras pasan desapercibidas y se vuelven parte del paisaje. Está bueno que el ciudadano común pueda valorar que Buenos Aires es una ciudad con un campo escultórico muy basto¨, afirma Gabriel sobre la importancia de valorar nuestros bienes culturales.
Los monumentos en números
Sin dudas, Buenos Aires cuenta con un patrimonio escultórico muy rico que se distribuye a lo largo de los 48 barrios porteños. Palermo, Recoleta, San Nicolás y Monserrat, son los barrios que más obras concentran en sus calles y plazas para el disfrute del ojo ocasional que pasea por allí.
Entre los más homenajeados que podemos encontrar por las calles porteñas, podemos mencionar que la bandera argentina es el símbolo patrio más celebrado con 163 representaciones artísticas. José de San Martín es también otro gran protagonista del que podemos encontrar 57 obras que hacen referencia directa a su historia y Domingo F. Sarmiento se destaca también entre los más representados, según datos publicados por el Gobierno de la Ciudad.
En momentos donde las actividades al aire libre son esenciales para el encuentro, la ciudad propone varios circuitos para salir a recorrer los barrios porteños y redescubrirlos.
La historia de Buenos Aires se abre paso en el tiempo y los monumentos nos van dejando sus fotos para que la película no se pierda. La invitación está extendida a todos.