A 53 días de los Juegos Olímpicos en Japón, Tokio 2020 (el nombre se mantiene), los atletas argentinos avanzan en su preparación para una de las competencias más importantes. Exigentes jornadas de entrenamiento, alimentación estructurada y poco tiempo para familia y amigos, son algunas de las características de este periodo para enfocarse en sus objetivos deportivos.
Entrenar para torneos de alto rendimiento es un largo proceso y requiere de mucho esfuerzo. La puesta a punto de los deportistas de élite implica mucho sacrificio, tanto físico como mental. Por otra parte, la pandemia obligó a los atletas a modificar gran parte de sus rutinas de entrenamiento: algunos tuvieron que reformar algún ambiente de sus casas para asimilarlos a un gimnasio, y en otros casos debieron buscar lugares que pudieran adaptarse a las necesidades de las disciplinas deportivas.
Paralelamente, entrenadores, nutricionistas y preparadores físicos monitorean de forma permanente la evolución física, la salud y el plan alimentario para determinar si es necesario introducir modificaciones en los ejercicios.
Equilibrio entre estudio, trabajo y vida personal
Martina Dominici, gimnasta argentina de 19 años y una de las clasificadas para Tokio 2020, terminó el colegio en 2019 e hizo sus últimos tres años de secundario de manera virtual para continuar con su educación y los entrenamientos.
“Siempre quise no dejar de estudiar y mantener el colegio o una carrera”, expresó Dominici que actualmente está cursando la carrera de Marketing y Publicidad por las tardes, luego de la práctica. La joven gimnasta lleva una rutina muy rigurosa. “Yo vengo entrenando alto rendimiento hace ocho años más o menos y entreno de lunes a sábado, seis horas por día más o menos”, reveló.
Actualmente la mayoría de los jóvenes deportistas de alto rendimiento se autoexigen un título universitario para tener una salida laboral el día que su carrera deportiva culmine. Pero lograr un equilibrio entre lo académico y el entrenamiento durante el período previo a las competencias no es fácil, y mantener el ritmo de estudio durante los torneos, menos.
Rodrigo Etchart, jugador de Los Pumas Seven’s, el seleccionado de rugby que nos representará en los Juegos Olímpicos, señala que su rutina de entrenamiento le deja un margen amplio para organizarse con el estudio y otras tareas. Sin embargo, en las giras es más complejo cumplir con las responsabilidades de la Facultad, “no solo por la exigencia física sino también por la exigencia mental que implica estar ahí”, aclara.
Otra realidad es la que vive Milka Kraljev, de 38 años, quien además de ser deportista es mamá de Mateo, de 13 años. Tokio 2020 será el tercer Juego Olímpico en el que participe en la disciplina de remo. También representó a la Argentina en tres Juegos Panamericanos, y en otros tantos Sudamericanos.
“Entreno y trabajo organizándome para poder hacer todo de la mejor manera”, explicó la experimentada remera mientras su hijo la interrumpe y demanda su atención. Para la atleta, el deporte no es una actividad secundaria: “Me dedico al alto rendimiento. Mi vida está organizada de una manera que el alto rendimiento no es que aparece y desaparece según las competencias, sino que ya toda mi estructura es en base al alto rendimiento”.
Alimentación, hidratación y descanso
Además de una rutina estructurada entre el deporte, el estudio y el trabajo, los atletas de élite deben tener una alimentación adecuada que sirva como combustible, una correcta hidratación y el descanso necesario para poder llevar adelante ese estilo de vida.
Para la nutricionista del equipo de Los Pumas 7s, Fernanda Leis, “la alimentación no va a ser la misma durante la pretemporada o en mitad de la competencia o previo a un torneo”. Según la especialista, “la base de la alimentación son principalmente los hidratos de carbono de buena calidad. Además, vamos a incluir las proteínas que trabajan favoreciendo la recuperación y vamos a seleccionar grasas de buena calidad para cuidar en parte su salud”.
Otro experto en nutrición, que integra el cuerpo médico de la selección de remo, Pablo Ruiz Gallo, reafirma el concepto de que “la alimentación es tan importante como el entrenamiento”.
El atleta “debe tener una alimentación balanceada, cubrir el aporte proteico para favorecer la recuperación y adaptación y una buena cantidad de carbohidratos para tener energía disponible”, explicó. También agregó que previo a una competición se “presta atención a consumir alimentos que generen poco trabajo gástrico y de fácil digestión”.
Con relación a la disciplina en la que él trabaja, especificó que “según la competencia, los atletas deben dar un peso determinado en el bote. A veces hay que hacer algo súper prolijo para llegar a ese objetivo y se puede poner difícil, pero es momentáneo haciendo un peaking -puesta a punto- para la competencia”.
Junto con la alimentación, el descanso es uno de los pilares fundamentales en la vida de un atleta. En este sentido, Fernando Levy, preparador físico de los Pumas 7s, considera que “son importantes las horas y la calidad del sueño”. La recomendación es entre 8-9 horas diarias, aunque aclaró que “no todos tienen los mismos ciclos de sueño y algunas personas duermen más/menos y también complementan con siestas”. “Es importante que los jugadores puedan cumplir con esas horas para poder recuperar y para poder ganar masa muscular”, enfatizó.
Los integrantes del staff de Los Pumas agregan además como un factor relevante, la hidratación. “El 76% de nuestra masa muscular es agua, y es por eso que es importante que los jugadores estén hidratados y no esperen a tener sed”, precisó Leis, en diálogo con Punto Convergente.
El impacto de la pandemia en el entrenamiento
La preparación para una competencia de alto rendimiento requiere de mucha disciplina y comienza con mucha antelación. La pandemia del COVID-19 sorprendió a los atletas de todo el mundo que, desde hace varios años, se preparan para participar en estos Juegos que debían desarrollarse el año pasado.
Dominici por primera vez participará de los JJOO, y hace casi 4 años que inició el proceso que le daría un lugar en Japón. “La preparación para la clasificación, que fue en el Mundial 2019, arrancó desde que estoy en el nivel élite. Fui creciendo de a poco con torneos, experiencias y ya en el 2018-2019 fueron los últimos años de ajustar cosas y la máxima preparación para poder clasificar a los juegos”, precisa.
Cuando parecía que todo estaba definido para iniciar el viaje definitivo a Tokio, la pandemia se interpuso en los sueños de los atletas. Dominici asegura que fue “difícil y frustrante” cuando se suspendieron los Juegos. “Cuando pudimos volver a entrenar empezamos a ponernos de vuelta en forma y a hacer todo de a poco. Nos sirvió para poder hacer cosas nuevas en las series o agregar más dificultad”, precisó.
Milka, integrante del equipo de remo, describe los diversos estados de ánimo por los que atravesó en estos tiempos de encierro. “Hubo un momento en que más que nada fue incertidumbre, no es que no estaba motivada por los Juegos, sino que no sabíamos si se iban a hacer o no”, explicó.
En la etapa en que el gobierno dispuso el confinamiento estricto, Milka recuerda que tuvo que entrenar en su casa durante 15 semanas en una máquina y en bicicleta. “La verdad que no fue lo ideal, pero entendí que todo el mundo estaba en las mismas condiciones. Estas circunstancias me motivaron a trabajar también otras cosas y a buscar mi mejor versión con esas condiciones”, remarcó.
Para Milka, acceder a la competencia conlleva compromiso y sacrificio. “Es mucho tiempo de dedicación que hay que destinar para estar en un Juego Olímpico. No es algo que pase de un año a otro o de un día para otro”, aseguró con orgullo.
Los deportistas de élite deben someterse a una serie de rutinas exigentes, programa de alimentación estricto, además de cumplir con agobiantes jornadas de entrenamientos, que más de una vez se cuestionan si vale la pena persistir con tanto esfuerzo. Sin embargo, en el momento de participar en las competencias de alto rendimiento, todas esas dudas se despejan.
El objetivo de alcanzar un podio, lograr una medalla o simplemente cumplir con la ejecución del plan definido en el proceso de entrenamiento, termina siendo suficiente para sentirse satisfecho, para proseguir hacia un nuevo objetivo que será: participar en una próxima competencia de alto rendimiento.