Desde agosto más de 500 bomberos, vecinos y autoridades combaten día a día el peligroso avance del fuego en la provincia de Córdoba. Hoy, con más de 190 mil hectáreas destruidas y nuevos focos en las ciudades de Luyaba, Carlos Paz y Alpa Corral, el trabajo es cada vez más arduo y la situación, más complicada.
La provincia de Córdoba es tan solo una de las tantas que hoy en día se encuentran azotadas por el fuego. Los incendios forestales no dan tregua en una época de sequías y pocas lluvias y tanto bomberos como autoridades nacionales y provinciales han puesto como prioridad la extinción del fuego en todo el interior del territorio argentino. Sin embargo, la situación no ha sido controlada y ya son 190 mil las hectáreas en Córdoba que quedaron destruidas por el fuego.
Sin ir más lejos, la semana pasada todos los focos ya estaban controlados y la llamada ‘guardia de ceniza’, la cual trabaja para evitar que los incendios vuelvan a reactivarse, controlaba que el fuego no avance sobre las zonas donde ya estaba extinto. Sin embargo, fue cuestión de 24 horas para que uno de ellos se reactive y llegue al borde de la autopista de Carlos Paz y amenace con llegar a una estación de servicio.
Con el cambio de gobierno, lo que antes era jurisdicción del Ministerio de Seguridad pasó a estar bajo la órbita del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, por lo que la transición estaba en curso mientras los incendios empezaban a desarrollarse. En ese sentido, las tareas para combatir al fuego son coordinadas por ambos ministerios junto con la Subsecretaría de Gestión de Riesgo y Protección Civil, los gobiernos provinciales y el cuerpo de Bomberos Voluntarios.
“En los últimos meses, hubo tareas de logística donde se convocaron a brigadistas de la Policía Federal, Bomberos Voluntarios, Ejército Argentino y Prefectura’’, expresó Gabriel Gasparutti, subsecretario de Gestión de Riesgo y Protección Civil. “Estamos invirtiendo en el combate del fuego. Hasta ahora, entre los dos ministerios, se gastaron 700 millones de pesos’’, precisó. Por otro lado, se está pensando en cómo proceder una vez extintos los incendios. Uno de los proyectos que se presentaron, el cual es llevado adelante por los bomberos, es la reforestación de las zonas afectadas con plantas autóctonas con el objetivo de que ‘’vuelva a ser un bosque nativo y no un lugar para la construcción’’.
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La otra cara de los incendios está en el cuerpo de Bomberos Voluntarios. Lejos de la burocracia, los presupuestos y el debate dentro del Comando de Operaciones, compuesto por las autoridades que coordinan las tareas de mitigación, están las personas que se exponen de manera diaria al fuego y buscan cómo extinguirlo. Gustavo Nicola, director nacional de la Coordinación Única de Operaciones (CUO) aseguró, en diálogo con Télam, que están trabajando “aproximadamente 500 bomberos por día, 100 en cada frente de incendio’’.
“Nos convocaron a las 12 federaciones regionales desde principios de agosto. Tenemos un satélite que nos arroja datos continuamente para ver dónde trabajar, dónde están los puntos de calor extremo y cuáles son las posibilidades de pararlo’’, comentó Santiago Rodrigo, miembro de los Bomberos Voluntarios de Córdoba.
Pero en la lucha contra el fuego, los bomberos no están solos. Reciben la asistencia y trabajan en conjunto con el Ministerio de Seguridad de la Nación y con el provincial. Además, en medio de su labor, las Subsecretaría de Gestión de Riesgo junto con los ministerios se hicieron cargo de la alimentación de los bomberos. “Nos enviaron aviones y brigadistas de Buenos Aires. La asistencia se pidió por el cansancio, los bomberos son voluntarios y tienen que seguir con sus trabajos, nosotros no cobramos un sueldo de esto, lo hacemos por amor’’, completó Rodrigo.
“Estamos muy agradecidos de la asistencia recibida’’, agregó. No obstante, el fuego continúa alarmando a los vecinos que incluso en varias oportunidades han decidido tomar cartas en el asunto y congregarse para intentar colaborar con los bomberos y apagar el fuego antes de que llegue a sus casas.
Si bien los bomberos destacan la gran predisposición que los vecinos tienen para asistirlos en su trabajo diario, insisten en que ellos no deben enfrentar al fuego. ‘’Les pedimos que no se metieran porque pueden salir heridos. Somos el personal idóneo y encargado de esto, un contrafuego mal hecho puede terminar en un segundo foco’’, desarrolló Rodrigo. ‘’Es un trabajo con un riesgo bastante alto y no queremos exponer vidas’’, indicó.
El fuego no da tregua, varios vecinos terminaron heridos, evacuados o incluso han perdido sus casas. La denominada ‘guardia de ceniza’ está ubicada en aquellos focos controlados para evitar que sigan expandiéndose, pero en los últimos días surgieron nuevos incendios y reactivaciones que pusieron a la comunidad en alerta. Mientras que día a día, bomberos luchan contra el fuego, se siguen investigando las causas por las cuales se originaron y son varios los detenidos. “Se encontró gente prendiendo fuego con bidones de combustible y dinero’’, concluyó Gasparutti.