Uno de los rubros más afectados por la cuarentena son los gimnasios. Están obligados a cambiar la metodología, infraestructura e incluso toda la organización para volver a abrir cuando se levanten las restricciones.
Una gran mayoría de gimnasios comenzó a hacer uso de las redes sociales para ofrecer entrenamientos y clases en vivo por Instagram y Facebook. Luego de un primer momento esperanzador la actividad volvió a decaer. La modalidad online generó cierta molestia en los socios que pagan una cuota mensual y por otro lado veían el mismo contenido abierto a todo el público. Otros gimnasios tomaron la decisión de alquilar su material de entrenamiento: barras, discos y mancuernas, lo indispensable para amortiguar la crisis. Las bicicletas fijas de spinning rondan valores desde los $2500 hasta los $12.000 el mes y kits de elementos (barra, discos y colchoneta) unos $2500 a $3000 los 30 días.
La ciudad de Ituzaingó, en la provincia de Corrientes fue la primera en retomar estas actividades desde el viernes 8 de mayo; los gimnasios volvieron a abrir sus puertas respetando ciertas protocolos como mantener la distancia de 9 metros por cada cliente y no compartir los elementos de entrenamiento. Cada persona deberá firmar una declaración jurada, constatando que está apto para entrenar. Es importante mencionar que en esta ciudad no hay casos de Covid – 19.
Lo mismo sucedió en la provincia de Jujuy, donde el gobernador Gerardo Morales anunció la reapertura de varias actividades bajo un estricto protocolo, el pasado 19 de mayo. Después se reabrieron los gimnasios en las provincias de Tierra del Fuego y Catamarca mientras permanecen cerrados en el resto del país.
“Nosotros estamos cerrados desde el 18 de marzo, y seguimos sin abrir. Y lamentablemente va a ser una de las últimas actividades que se retome debido a la concentración de gente en un solo lugar”, indicó Guillermo Lois, gerente de la reconocida cadena de gimnasios SportClub en la sede de Norcenter, en Buenos Aires.
Una de las principales consecuencias es la baja de los socios porque, ante la imposibilidad de tener un sueldo completo o tener que pagar otras prioridades, por más que tengan un descuento, se les hace imposible poder pagarlo en este momento. “Confío plenamente que cuando volvamos a abrir, se volverán a anotar. De eso estoy seguro”, agregó Guillermo Lois.
Daniela Alloatti, profesora en dos sedes de SportClub, con más de 90 sucursales y 150.000 socios en todo el país, se encuentra dando clases de manera online a través de vivos en Instagram, una de las plataformas más elegidas para entrenar “Me parece muy buena esta modalidad porque lo veo como una forma de acompañar a las personas que le gusta entrenar. Además se incorporó mucha gente al mundo del fitness que antes por falta de tiempo o distancia, no entrenaban; y hoy moverse es algo fundamental para la salud”.
SportClub también lanzó una plataforma exclusiva para socios ideada para que puedan entrenarse a distancia con los mejores contenidos “premium”, desde clases y charlas, hasta consejos y ejercicios específicos. Hasta es posible filtrar por tiempo, niveles y zona del cuerpo a ejercitar. Inclusive se puede planificar rutinas vía Zoom con entrenadores.
Lois también detalló que a todos los socios desde el día que cerraron, obtuvieron un 40% de descuento en la cuota durante 4 meses, hasta agosto inclusive; hasta hace poco que como vieron que la cuarentena se extendía, para todos los socios que no se dieron de baja y los siguen apoyando, tienen un 30% en el plan de por vida, es decir, una bonificación “de por vida”.
Pero no todo son las grandes cadenas de gimnasios, también las hay con menos socios.
Los profes la tienen más complicada
“La verdad es que uno de los gimnasios actuó muy mal con nosotros, los profesores, se lavaron las manos de la situación, dejándonos a todos sin trabajo. El resto de los gimnasios donde trabajo actuaron responsablemente y poniendo manos a la obra para que podamos seguir trabajando y nos pagan las clases online como si el gym estuviera abierto”, comentó una profesora que trabaja en tres gimnasios. Y es que en muchos casos, gimnasios más pequeños no llegaron a cubrir todos los gastos, incluido el sueldo de los respectivos profesores.
Desde la Cámara de Gimnasios de la Argentina, entidad que con personería jurídica representa desde hace más de 15 años a los gimnasios, natatorios y afines de todo el país, generaron un protocolo que, si bien aún se está puliendo, contiene algunas pautas que cambiarán la manera en que la gente antes hacía ejercicio en las instalaciones.
“La verdad es que hay que pensar que esto es un cambio para nuestras vidas en todo lo que hagamos. Más allá de los gimnasios, nada va a volver a ser como antes. Lo que sí vamos a tener que cuidarnos entre todos y nos focalizaremos en la higiene y desinfección del gimnasio en todo momento. Estamos esperando a que el protocolo que mandaron desde la Cámara este aprobado para ver cuáles son las cosas que necesitamos y cómo lo vamos a implementar”, puntualizó Guillermo Lois.
Son varios los países que estudian vías para hacer realidad la vuelta de los gimnasios y se encuentran modificando sus estructuras. En Gold’s Gym, un gimnasio de Hong Kong, todas las cintas, bicicletas y estáticas están separadas por mamparas de cristal que evitarían el contacto directo entre las personas.
Tarde o temprano cuando la cuarentena termine, nada volverá a ser lo mismo. La mayoría de los rubros tendrán que modificarse y nosotros, adaptarnos.