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Racismo en Argentina: un problema que no distingue época

Racismo en Argentina: un problema que no distingue época
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Desde el inicio del aislamiento social, preventivo y obligatorio, más de la mitad de las denuncias ante el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) están vinculadas a comportamientos discriminatorios hacia la comunidad de afrodescendientes que implican desde no dejar entrar a los comercios a personas por su nacionalidad hasta incluso casos de violencia física. La jefa de Gabinete del organismo, Lorena González, consideró que “hay una deuda pendiente’’ en materia legal y jurídica, y adelantó a Punto Convergente que están trabajando en una nueva normativa.

Desde el asesinato de George Floyd en Estados Unidos, la violencia y discriminación hacia la comunidad afrodescendiente volvió a cobrar relevancia en la agenda mediática y en las redes sociales se multiplicaron las denuncias y testimonios de personas discriminadas por su color de piel.

Lo vivido por Mariel Mereyro y su familia refleja uno de los miles de casos de discriminación y racismo en Argentina. No solo ella tuvo que vivir innumerables experiencias discriminatorias sino también sus padres. “Se burlaban de ellos, porque mi mamá es blanca y él es negro. Mi papá no tenía plata para pagarse la escuela y cuando salía, un amigo debía pagar los gastos, y eso era peor, porque aparte de ser negro, era negro y pobre”, relató.

“Mi mamá me contó que en el jardín los nenes me miraban raro porque yo era una nena de color’’, relató, y si bien ella no se acordaba de haber sufrido este tipo de situaciones en esa época, para su mamá había empezado nuevamente “el infierno’’.

Mariel Mereyro es una de las tantas personas en el país que luchan día a día contra el racismo.

Con el paso del tiempo, Mariel empezó a experimentar otro tipo de discriminaciones: dejó de ser “la nena a la que los amiguitos miraban raro’’ para recibir tratos diferenciales por parte de maestros en base a su color de piel. “En la primaria siempre era la vendedora ambulante, la que vendía empanadas, no me dejaban ser otra cosa. En ese momento no me di cuenta pero eso era discriminación’’, asegura. Y cuando se mudó a ciudad de Buenos Aires las cosas no mejoraron.

Durante la adolescencia, Mariel no solamente vivió discriminación verbal en la escuela sino que empezaron a pegarle. Había una chica que me tiraba del pelo, me tiraba pintura y me insultaba’’, narró. Ante los reiterados casos de discriminación, Mariel tuvo que encontrar por sí sola una salida a un problema que conforme pasaban los años iba intensificándose a tal punto de ser agredida físicamente.

Según se corrobora en las denuncias que se reciben diariamente en el INADI, un gran porcentaje de estos actos discriminatorios, como los que sufrió Mariel, suelen tornarse violentos. Los agresores pasan de una agresión verbal a episodios de violencia racial física. Ante este tipo de situaciones, existen varias salidas: radicar una denuncia ante la Justicia o recurrir al INADI.

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El INADI tiene como objetivo visibilizar estas situaciones, generar recomendaciones, contribuir a construir paradigmas culturales inclusivos para combatir la xenofobia, el racismo y la discriminación y al mismo tiempo asistir y tomar denuncias y dictaminar sobre cuáles son actos discriminatorios o no pero no puede aplicar las leyes’’, definió la jefa de Gabinete de la entidad, Lorena González, en diálogo con Punto Convergente.

Si bien existe la Ley de Actos Discriminatorios, estas situaciones fueron constituidas como contravenciones y las sanciones pueden ser desde una probation, una multa e incluso prisión por hasta tres años. No obstante, el tratamiento judicial a este tipo de denuncias suele ser muy lento y las respuestas no llegan a tiempo. Ante este escenario, la jefa de Gabinete del INADI señaló que “hay una deuda pendiente’’ en materia legal y jurídica y confirmó que están trabajando en un proyecto de ley en pos de reformar la actual normativa.

Casos como el de Mariel se repiten todos los días en varios rincones del país y del mundo. El último tiempo estuvo sacudido por muchos eventos que han puesto en agenda nuevamente la problemática racial contra la comunidad afro y han logrado que tomen fuerza grandes movimientos antirracistas. Mientras tanto, la legislación vigente no ampara en su totalidad a estas víctimas, y tampoco lo hacen las estadísticas. “En Argentina no se construyen estadísticas cruzadas por la variable étnico-racial, hacemos de cuenta que no hay colores, que somos todos iguales y que tenemos igualdad de derechos lo cual no es cierto’’, afirmó González.

“Estamos tratando de visibilizar que no nos tenemos que hacer los tontos, esos prejuicios operan en el día a día y en el desigual acceso de derechos. Hay que hacerse cargo y trabajar para deconstruir esos mecanismos de exclusión’’, completó.

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¿Cómo se puede cambiar aquello que no se menciona ni se visibiliza? Como institución queremos hacer algunos comentarios sobre las repercusiones que tuvo nuestra campaña #EsRacismo. El racismo estructural en nuestro país existe, afecta directamente a la gran mayoría de nuestra población, sometiendoles diariamente a situaciones de desigualdad y de violencia. Durante el contexto de la pandemia esas situaciones han aumentado. El principal objetivo de nuestra institución es trabajar en pos de erradicar el racismo y la discriminación racial. Para lograrlo es necesario visibilizar las historias de aquelles que sufren esas problemáticas todos los días. Creemos que es hora de poner este tema en el centro del debate público. Por eso nuestra campaña #EsRacismo visibiliza episodios concretos de racismo que se reproducen constantemente, porque el camino para transformar algo que es injusto es nombrarlo. El racismo estructural existe en la Argentina y debatir sobre el es una gran deuda de nuestra democracia. Sabemos que es un debate difícil, pero nuestro organismo seguirá trabajando para darlo. Es hora de hablar de racismo.

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Hoy, Mariel es mamá y sus miedos pasan por otro lado. “En el jardín le preguntan a mi nene por qué tiene una mamá negra. Tengo miedo de que el día de mañana tenga que sufrir, porque sé que va a pasar. Espero que la gente tome consciencia de que somos todos iguales. El color de piel es un cascarón. Lo que importa es lo de adentro, y es lo que siempre le voy a enseñar a él’’, aseguró.

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