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Padres transitorios, un vínculo irrompible

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Guada se retiró de su casa “transitoria” después de tres años, despidiéndose con llantos y risas. Sus padres adoptivos recuerdan lo confundida que se veía. Se despedía de quienes habían sido su familia e iba  a encontrarse con quienes serian sus padres de ahí en adelante y para siempre.

Guadalupe es una nena que fue abandonada en el hospital Larcade el día de su nacimiento. Ella, como el resto de los chicos en tránsito, se perfilaba como “de fácil adopción”. Por eso fue enviada a una familia de transito hasta que fuera adoptada. Era recién nacida, había sido abandonada por sus padres y no había registro de ellos. A la dirección general de niñez y adolescencia (DGNYA) (dirgralnin.gov.ar) le pareció que su adopción sería fácil de resolver. Pero como en muchos otros casos no fue así y el proceso se demoro mucho más de lo previsto. Su madre biológica apareció a los dos meses de haberla dejado, cuando los trámites de adopción estaban casi terminados.

Familias Abiertas (familiasabiertas.org.ar) es una de las ONG’s que se encarga de las familias en tránsito, funciona como nexo entre los juzgados que tienen niños para ubicar en distintos hogares e institutos y las familias que están dispuestas a acoger a esos niños hasta que su situación legal se resuelva y sean adoptados. Luz Capelli, la encargada general de la organización afirma: “la idea es que los nenes no sean institucionalizados, todo chico tiene derecho a una familia y no es justo que algunos  tengan que crecer en un instituto sin cuidado y amor personal”. Señala además que si el tramite de adopción fuera mas ágil no existirían los institutos, ya que por dos o tres meses todos podrían ir a familias de transito. Ocurre en Europa. La organización Familias Abiertas fue la encargada de llevar a Guada  a la familia transitoria hasta su adopción definitiva.

“La recibimos en casa desde que tenía solo dos semanas de vida, la vimos crecer y desarrollarse, desde el principio le explicamos que ella no era nuestra hija y que esta no iba a ser su casa para siempre, que sus papas (los que la iban a adoptar) podían llegar en cualquier momento. Los esperaba con ganas”, cuenta Victoria la madre transitoria de Guada.

Juan, el padre transitorio de Guada, afirma que fue muy duro para todos el proceso de adaptación, es decir, el período en que la nena conocía a quienes seria sus padres definitivos y se despedía de a poco de los que quienes fueron su familia durante tres años.

Melisa y Damian son los padres adoptivos de Guadalupe, estuvieron en lista de espera durante 5 años antes de poder adoptarla. “Tardamos un año entero sólo en lo que es la presentación de papeles, que era la fase inicial, tardaron 6 meses en aprobarnos como “aptos” para adoptar y después de eso se nos cayeron dos adopciones con dos nenes antes de que naciera Guada”, recuerda Damian.

Cuando la nena tenia cuatro meses el tramite de su adopción estaba casi terminado, pero su madre biológica fue al hospital donde la había dejado a preguntar por ella y termino reclamándola a la justicia. Tres meses después, cuando finalmente le dieron la tenencia, no aprecio el día que debía buscarla en la comisaría. Mientras, el trámite de adopción volvía a empezar de cero. Esta situación se repitió dos veces mas con tres meses de diferencia, la tercera vez directamente renuncio a la tenencia. Cinco meses después fue adoptada por Melisa y Damian.

Dos veces por año la familia de Victoria y Juan visitan a Guada en Necochea (donde vive actualmente). “La vemos muy bien y contenta con sus cuatro anitos, nos ve como unos tíos o algo así y nosotros seguimos muy encariñados con ella” afirma Juan. Melisa y Damian están eternamente agradecidos con quienes  cuidaron con tanto amor a su hija mientras ellos esperaban pacientemente su llegada.

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