Punto Convergente

Los millennials brasileños y la elección presidencial

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Sienten a su bandera de colores fuertes con un verde desgastado.
Con un amarillo ensangrentado.
Con las estrellas violentadas.

Hace casi dos meses, apuñalaron a Jaír Bolsonaro del Partido Social Liberal (PSL) en plena campaña, el candidato de ultraderecha a la presidencia con mayor intención de voto en Brasil, una vez prohibida la candidatura de Luiz Inácio Lula da Silva.

Tras al episodio, Bolsonaro volvió con más fuerza para ocupar su lugar en el trono brasilero y disputará ‪este domingo 28 la segunda vuelta de las elecciones presidenciales contra el socialista Fernando Haddad del partido de los trabajadores (PT). El polémico excapitán del Ejército obtuvo 46,03% de apoyo, seguido por el exalcade de Sao Paulo, Haddad, con 29,28%, de acuerdo con los resultados divulgados por el Tribunal Supremo Electoral.

Frente a este escenario, ¿Que piensan los jóvenes millennials?

Los que nacieron entre 1984 y 2000,  se define como la generación que se adapta fácil y rápidamente a los cambios, caracterizada por la hiperconexión, la necesidad de auto expresarse, el interés por la salud, la inmediatez y la búsqueda de experiencias entre otras cosas.

Más allá de que existen preferencias entre la “Generación Y”, hay tendencias definidas principalmente por “votar al mejor de los peores” como dijo Leo Dobbins, un paulista de 34 años, quien “no ve en ninguno de los dos una verdadera posibilidad de salida de la corrupción que su país natal viene sufriendo desde que tiene uso de razón”.

Del 60% de los electores de Bolsonaro, el 32% de sus seguidores tiene entre 18 y 24 años, convirtiéndolo en una opción presidencial con más seguidores en este rango etario, mientras que la franja de entre 25 y 34 años encabeza las mediciones y dicen estar desencantados con el proyecto de Lula y a favor del modelo neoliberal que propone.

Contrariamente a lo que se podría pensar en el caso de un candidato acusado de racismo por la propia Fiscalía General del Estado, muchos de sus electores son jóvenes y negros. Parece una contradicción, pero los datos ayudan a entender este fenómeno. En Brasil, el 77% de los jóvenes de 15 a 29 años que son asesinados, son negros y pobres. En otras palabras, un afrodescendiente muere de forma violenta cada 23 minutos.

Entonces darle el visto bueno al ex diputado federal se vincula más con elegir menos muertes por minuto y optar por propuestas que se alejen de la corrupción socialista de Lula Da Silva Y Dilma Ruseff.

La¨Generación Bumeran¨ se ve altamente influenciada por la actividad en las redes sociales que el candidato derechista instaló hasta abandonar la vida hospitalaria. Hecho que resulta digno de ser analizado, porque durante este período de tiempo se vio obligado por circunstancias excepcionales a recurrir a las diferentes plataformas digitales para la difusión de su imagen y de sus propuestas en tiempo real generando éxitos en campaña, desde la perspectiva de la comunicación política digital.

Hay un lado B, una brecha si; hay fanáticos de Haddad quienes usan una camisa con la inscripción «Él No», que sirve para congregar a quienes quieren impedir la llegada al poder del parlamentario de derecha, por su historial de pronunciamientos misóginos, homófobos, racistas y sus justificaciones de la tortura durante la dictadura militar (1964-1985).

“Yo voy votar a Haddad porque tiene un proyecto más claro y una postura de más respeto con la diversidad también porque no hay otra opción. Del otro lado, hay un candidato feroz, que cambia de opinión fácilmente y no es tolerante con los que piensan diferente.”, dice Jeferson Moura de Melo, un profesor de música de 34 años nacido en Porto Alegre.

Una lectura lejana, pero de país hermano, logra determinar un tono gris en la energía hacia una determinación política segura y fuerte. A pesar de un alto grado preferencial sobre la derecha, ningunas ‪de las dos‬ opciones parecerían responder a sus instintos más liberales y rebeldes que la generación millennial significa para el mundo.

“Las personas están cansadas de varios problemas con la política. Existe una crisis institucional, y una crisis de credibilidad. Muchas personas quieren apagar el fuego con gasolina y no tienen conciencia de la gestión del estado. Los brasileros creen en los héroes … y de vez en cuando apuestan en héroes, pero no los hay. Bolsonaro brinda respuestas cortas, que no solucionan los problemas del país pero que la población quiere oír”, expresó Jeff.

Porque dichos “corazones hiperconectados” no encuentran un mundo donde conectar. Porque dichas mentes “adaptables” de tendencias tanto derechistas como izquierdistas piensan más en el hoy y el minuto a minuto; creen en experiencias nutritivas para sus futuros hijos y buscan expresarse a través de manifestaciones en redes sociales con los antes panfletos, hoy denominados flyers para concertar uniones masivas en los 26 estados del país.

Se pueden ver construcciones digitales de textos, fotos y videos que viajan por cables de internet prendiendo chispas para juntarse en calles y avenidas; principalmente en Avenida Paulista en San Pablo donde se concentraron un millón de personas a favor del PSL o bien actos de cientos de personas en su mayoría mujeres protestando contra el ultraderechista en una treintena de ciudades del país.

Sus mensajes de WhatsApp, Instagram , Facebook, Twitter, entre otros, buscan darse la mano y compartir pasión para gritar su fuerza de otro tono, de otra época, de otras leyes no escritas y de otro mundo en proceso de transformación, del país donde los colores verde, amarillo y azul se abracen más y lo hagan muchísimo más fuerte.

*La autora es graduada de UCA Periodismo y vive en San Pablo

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