Punto Convergente

La lucha contra las Fake News:

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Se realizó el primer Ciclo de #Conectados en la Universidad Católica Argentina, un evento en el que se disertó sobre la problemática de las Fake News y los contextos comunicacionales en la actualidad. La jornada contó con la presencia de importantes periodistas de diferentes empresas relacionadas a la comunicación, que presentaron sus perspectivas sobre el fenómeno de la desinformación.

El evento fue organizado por el Círculo DirComs, el Consejo Profesional de Relaciones Públicas, el Posgrado en Gestión de Asuntos Corporativos (UCA) y la Facultad de Ciencias Sociales (UCA) y tuvo como principal objetivo crear espacios “que agreguen valor a la profesión”.

José Crettaz, periodista especialista en temas de comunicación y ex profesor de la UCA, moderó la primera parte de la jornada entre Hernán Cappiello (periodista La Nacion), Brenda Struminger (periodista La Nacion) y Julián Gallo (Asesor de estrategia digital de Presidencia de la Nación), que expusieron su visión sobre las Fake News. Florencia Sabatini (Gerenta de Comunicaciones de Google) y Laura Zommer (Directora de Chequeado) se sumaron posteriormente al debate.

Hernán Cappiello, también Director del Departamento de Ciencias de la Comunicación y Periodismo de la UCA, fue el primero en hablar, basándose en el psicólogo Gordon Allport y la teoría del rumor para referirse a las denominadas fake news: “Allport decía que nuestra vida está compuesta por rumores y que surgen cuando faltan datos concretos, información oficial. Son hechos que se difunden cuando no hay información certera, vinculados a algo de suma importancia”, expresó.

El término fue motivo de debate en varios momentos de la jornada. ¿Por qué no “Fake News” y sí “desinformación”? “Inexacto”, “politizado” y “polémico” fueron uno de los adjetivos que resonaron cuando se le pidió a los profesionales de la comunicación que definieran el concepto Fake News. “El término en inglés está muy relacionado con gobiernos que son criticados por medios de comunicación y les atribuyen esas noticias que no los favorecen o que los cuestionan y lo denominan fake news”, explicó Brenda Struminger. “Entonces el término está muy politizado”, agregó.

“El término ya no nos sirve, dejó de servirnos como concepto”, determinó Laura Zommer, directora de Chequeado, una ONG creada para mejorar la calidad del debate público en la Argentina.

Florencia Sabatini, gerenta de comunicaciones de Google, declaró su incomodidad ante el concepto del que tanto se habló. “El término es polémico porque la desinformación no solo la causan las noticias: un meme, una imagen o un gif mal contextualizados también generan desinformación”, explicó. Y agregó: “También porque hay muchos partidos políticos y gente que ha utilizado la desinformación y la manipulación para obtener un objetivo concreto”.

El rol del periodismo en la lucha contra la desinformación

¿Cuál es la función del periodista a la hora de tratar con información falsa? ¿Es quien solucionará el problema de la desinformación? José Crettaz, moderador de la jornada, consideró que no son los periodistas quienes traerán la respuesta al problema. “Considerar a los periodistas como quienes podemos resolver el fenómeno de las Fake News o que se espere un rol preponderante es darle una cucharita a un periodista para que le saque agua a un barco que se está hundiendo”, aseguró.

El periodista y asesor digital Julián Gallo consideró que el problema de las Fake News se trata de una “puja de contenidos y opiniones” y que es algo con lo que hay que aprender a convivir. Además, afirmó que tienen el objetivo de “afectar parte de las emociones de la opinión pública y modificar las creencias” y que no es una tensión entre la verdad y la mentira, sino una búsqueda por alterar la realidad. Sin embargo, no mostró mucho optimismo ante la búsqueda de datos como forma de erradicar la desinformación: “Los datos no son instrumentos suficientes para alterar las emociones, cambiar las creencias y cambiar la realidad”, dijo.

Hernán Cappiello no coincidió con las últimas palabras de Gallo y determinó que “sí hay una capacidad de modificar los hechos” desde el periodismo”. “Este (las Fake News) es el ingrediente que se sumó a cualquier campaña política y los periodistas tenemos que estar atentos a eso. Es grave el problema y hay una incidencia directa sobre la salud del sistema democrático. Si nosotros entendemos que los periodistas tenemos una función social – que es acercar a las audiencias hechos que nosotros creemos que se acercan lo más posible a la verdad – y que eso le permite a las audiencias ejercer mejor sus derechos ciudadanos, elegir y tomar decisiones, si nosotros no defendemos la necesidad de desenmascarar esta campaña de hechos falsos, no estamos cumpliendo con nuestra función”, aseguró Cappiello.

Florencia Sabatini, sin embargo, difirió con los dichos del periodista de La Nacion y sentenció que “las nuevas tecnologías, en vez de generar un empobrecimiento del modelo democrático, dan más acceso a la información, lo que genera mayor riqueza para tener más recursos para poder chequear la información”.

El director de las carreras de comunicación y periodismo de la UCA también consideró que no hay educación que ayude a solucionar el problema de las Fake News. “Se dejaron de lado los valores tradicionales del periodismo. No existe una alfabetización mediática desde el colegio para que las audiencias que se incorporan tengan educación sobre cómo tener una mirada crítica acerca del contenido de los medios”.

Consumo de información: el hoy y las próximas generaciones

Whatsapp fue de las redes sociales más mencionadas en la jornada y fue considerada por Cappiello como la futura “vedette” de las elecciones en la Argentina. Struminger también coincidió en que los usuarios se informan mucho por Internet, que cada vez chequean menos la información porque ”están más acostumbrados a confiar en lo que leen” y que “asocian lo que les llega por Whatsapp con lo que leen en los medios de comunicación, que sí tienen reglas éticas y que no es información anónima”.

Julián Gallo, por su parte, declaró que “las nuevas generaciones van a tener mayores herramientas como para manejar este tipo de información”. “Las Fakes News existen, existieron y van a existir. Yo creo que los mayores reguladores para esto son las audiencias”, concluyó Gallo.

Google y Chequeado: información y tecnología

Florencia Sabatini remarcó la aceleración de la información, el fenómeno de la viralización y el desplazamiento del valor de la credibilidad como tres de las consecuencias del advenimiento de la tecnología en el mundo de la información.

La gerenta de comunicación del buscador más grande del mundo hizo foco en entender las diferencias entre las plataformas digitales. “No son todas lo mismo”, aclaró Sabatini. “No es lo mismo un servicio de mensajería, que una red social, que un buscador, que un juego como Fortnite o una plataforma de comercio como Mercado Libre. Ponerlas a todas en la misma bolsa para hablar de regulación me parece una tarea complicada e injusta”, dijo.

En relación a la regulación del fenómeno, Laura Zommer se refirió a un consejo de la Unión Europea que recomienda “que no se regule la cuestión de la desinformación porque es un fenómeno demasiado complejo y nuevo del que se sabe poco”. Regularlo, afirmó Laura, puede ser quizás peor que la enfermedad.

Pasan los años y se confirma la importancia de ayudar a los usuarios de internet a desarrollar habilidades y capacidades. “Hay que ayudar al chequeo de la información, a poder validarla. Es importante que estemos desarrollando nuevas capacidades porque la sociedad cambió. Sería casi una irresponsabilidad no estar capacitándonos”, aseguró Zommer.

La directora de Chequeado también resaltó la importancia del trabajo que realizan en la ONG “para subir el costo de la mentira”, ya que así pueden “fortalecer el sistema democrático, haciendo chequeos y explicadores”. La periodista aseguró que nos movemos por emociones: las fotos y los videos, por lo tanto, funcionan mejor con eso. “El año pasado, de lo que chequeamos, el 99% de las imágenes fueron falsas, 97% de los videos fueron falsos y el 64% de los textos fueron falsos. Esto confirma que las imágenes y los videos funcionan más para desinformar”, aclaró Zommer.

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