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Cómo funciona el sistema de residencias médicas en la Argentina

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Trabajan en promedio 12 horas por día y durante una jornada de guardia pueden llegar a permanecer 36 horas despiertos. Después de largos años de Medicina, el sacrificio no aún termina. Para la mayoría, empiezan los años más duros de su profesión.

N. de la R.: Para este artículo los entrevistados decidieron preservar su identidad, por eso se utilizaron sus iniciales.

A MS le sugirieron que los residentes de primer año -conocidos como R1- eran los encargados de “lavar los platos sucios del día anterior”. CZ tuvo que ocupar el lugar de un compañero durante una cirugía de urgencia porque este no llegaba. La acusaron de “robarle el lugar” a su colega, le sacaron fotos y la escracharon en los grupos de WhatsApp. NB comenzó a trabajar como residente en agosto y ya lleva bajados más de 7 kilos. 

Antes este tipo de situaciones se encuentran los residente argentinos al terminar de cursar la carrera de Medicina, cuando tienen que elegir la especialidad. Luego de estudiar entre 6 y 8 años como mínimo, deben realizar la especialización y para la gran mayoría, este período se tornan difícil, sobre todo por el régimen que se aplica en Argentina.

Los días de guardia

En Argentina, la Ley N° 22.127, se establece que el Sistema Nacional de Residencias del Equipo de Salud será el encargado de regular y garantizar la actividad de los residentes médicos nacionales. Entre otras cosas, establece que el residente debe poder transitar su proceso de formación de forma adecuada y favorable. Durante las guardias, la participación del residente debe responder a principios de formación, limitando su cantidad e incluyendo el descanso post-guardia, para prevenir errores asistenciales que se pueden generar por el cansancio. 

Victoria González es residente de tercer año de Pediatría del Hospital Garrahan, forma parte de la Asamblea de Residentes de Nación y alerta que la actual regulación no se cumple.

“Esta ley habla sobre el horario, guardias, descanso post-guardia y sobre las condiciones de trabajo en las que debería trabajar un residente. La realidad es que el horario no se cumple. La mayoría de los días terminamos trabajando 12 horas. Con respecto a las guardias, en esa ley lo que se propone es que las guardias sean de 12. No tenemos guardias de 12. Tenemos guardias de 24 horas, e incluso, a veces se extienden hasta 36 horas”, asegura González y agrega que en muchas ocasiones ocurre que no tienen un lugar físico para descansar durante las guardias.

Un estudio de un grupo de investigación del Hospital Italiano que cita el diario LA NACION, demostró cómo una guardia de 36 horas luego de la jornada laboral daña la funcionalidad cognitiva. La prueba, realizada a 21 residentes del área de medicina interna, demostró que todas las esferas cognitivas estudiadas se vieron afectadas. La velocidad de procesamiento auditiva, la capacidad de cálculo y la atención fueron las más perturbadas. 

Las 5 personas entrevistadas de entre 26 y 30 años para esta nota afirmaron que más de una vez pensaron en renunciar por las exigencias que estaban viviendo a nivel profesional. De hecho, MS renunció después de 3 meses de ejercicio. Y tanto NB como CZ aseguran que duermen entre 4 y 5 horas por día. La mayoría de los residentes de primer año tienen entre 6 y 7 guardias por mes. “Hay días de guardia que el hospital está tranquila y podemos dormir entre 4 y 5 horas. Pero hay otros días que no paramos ni una hora a descansar”, comenta CZ, que es R1 de un hospital privado de gran prestigio de la Ciudad de Buenos Aires. 

El sueldo

Sumado a la exigencia que los residentes tienen que vivir, la remuneración recibida no es suficiente en el caso de los hospitales públicos. El 2 de octubre de este año se realizó una marcha organizada por los residentes de Nación. Los hospitales nacionales son el Hospital Posadas, Hospital Garrahan, Hospital El Cruce, Hospital Sommer, Hospital Montes de Oca y Hospital Bonaparte. No solo marcharon los residentes, sino que también participaron otros profesionales de la salud como kinesiólogos, enfermeros, terapistas ocupacionales, psicólogos, etc. PM es R1 del Garrahan. Quiso y pudo asistir a la marcha. NB tenía ganas de participar pero indirectamente les sugirieron que “el hospital no podía quedar vacío”. 

Durante esta movilización, los médicos reclamaron el pago de sueldo a los R1 que llevaban 4 meses sin cobrar, el aumento de sueldo, ya que por hora recibían menos de 100 pesos y el reclamo por falta de ART y Obra Social para los R1. PM estuvo presente en la marcha y cuenta que al llegar al lugar desde el Gobierno accedieron a reunirse con los representantes de la movilización para llegar a un acuerdo. Fueron recibidos por las autoridades que se comprometieron a garantizar el acceso a la ART y Obra Social, pagar todo lo adeudado al 50% de los que se encuentran sin cobrar y  pagar el retroactivo de los meses adeudados en el mes de noviembre.

Ante el incumplimiento de lo prometido, el pasado 16 de octubre se llevó a cabo otro paro y movilización. No obtuvieron respuesta desde la Secretaría. Por este motivo, decidieron realizar un paro de 48 horas los días 23 y 24 de octubre. 

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Después de casi 5 meses finalmente los R1 de los hospitales nacionales recibieron su sueldo. “La mayoría de nosotros ya cobró pero todavía queda que algunos cobren el retroactivo de los meses anteriores”, asegura PM y agrega que desde el Hospital Garrahan les otorgaron dos comisiones debido al retraso del cobro de sueldos. 

Sin embargo, todavía hay una gran diferencia entre los sueldos de los hospitales públicos nacionales y los dependientes del Gobierno de la Ciudad -que se mantienen en alerta– y los privados. Por ejemplo, CZ es residente de un hospital privado de gran prestigio de CABA, gana 45.000 pesos mensuales. En tanto, como residente de un hospital nacional, NB cobra 27.000 pesos mensuales. 

Aguantar la exigencia y el maltrato

Al realizar esta nota, la mayoría de los entrevistados pidieron que no se revele su identidad ni el nombre del hospital en el que trabajan. El maltrato en las residencias médicas es conocido por la mayoría de los residentes. Sin embargo, no se suele hablar de este tema. Si hablan, tienen miedo de ser removidos de sus puestos o que les “hagan la vida imposible”.

NB cuenta que le aconsejaron que como respuesta a lo que le digan sus superiores debe contestar siempre que “sí”. Me dicen que tengo que contestar lo que ellos quieren escucha”, asegura. Además, agrega que suele ocurrir que le dan “más de dos indicaciones que vienen de diferentes personas y no sabe qué decisión tomar y después la retan”. 

“Más que médica era cadete de papeles y personas. Iba a buscar todos los resultados, era la encargada de llevar a las embarazadas de un lado para el otro. Durante los primeros meses más que médica era cadete con un título de médica”, cuenta MS y añade que el maltrato que recibía no era por parte de sus jefes o médicos a cargo, sino de los residentes de años superiores que solían tener 2 o 3 años más que ella. “Sobretodo, había una residente de tercer año que todo el tiempo tenía algo para decirme. Me lo decía de muy malos modos”, dice.

Por su parte, MS decidió que había llegado a su punto culmine. En el primer mes de residencia bajó 5 kilos entre la angustia, las corridas en el hospital y el poco tiempo que tenía para comer. Mientras que corría de un lado para el otro buscando estudios y pacientes observaba cómo las residentes superiores tomaban café sentadas en un sillón en la sala de descanso. “Hacían tiempo hasta que el jefe se iba y se iban unos minutos después de él. Yo como R1 quedaba a cargo de un montón de cosas que no me correspondían”, lamenta MS y asegura que renunciar fue la decisión más sana que pudo haber tomado.

MS cuenta que en julio de 2019 entraron 3 residentes de primer año al hospital. Ella fue la última en renunciar. Un mes antes lo habían hecho los otros dos residentes por iguales motivos. 

En ningún momento, MS pensó en realizar una denuncia. Sabía que era algo “normal” lo que había vivido. Sin embargo al presentar la carta de renuncia, desde la Coordinación de Residencias Médicas se quedaron sorprendidos porque era la tercer residente que renunciaba en el lapso de un mes. Tiempo después, MS se enteró que desde esta institución realizaron una denuncia hacia el hospital. “De todas formas, se que seguramente siguen haciendo las mismas cosas que a mi me hicieron”, lamenta la residente, quien que ahora está en otro hospital público de CABA y está “muy contenta”. 


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